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Desde ahora me dirás: Ama Mónica

Si sigo enviado relatos de mis esclavos pensaran que soy una Ama demasiado perezosa, además es menester que de vez en cuando les muestre el camino de como se escribe un buen relato. Pueden tomarlo como un relato de una vivencia o una fantasía, eso ya se lo dejo a su elección.

Dedicado a Anna.

M. estaba encerrada en el baño de su casa, apurando el último kleenex. Tenía los ojos como tomates, y le dolía el alma.

Acababa de sufrir la última decepción con su novio (una de tantas), el muy capullo le había puesto los cuernos con una compañera de trabajo y al final la había dejado por esa zorra.

M. no entendía el porqué. Era una chica preciosa de 35 años, morena, pelo negro lacio hasta media espalda. Cuerpo cuidado, Alta y bien formada. Era inteligente con una carrera universitaria. Se creía divertida y siempre había tenido éxito con los chicos, pero jamás conseguía que le durase una relación y había ido de fracaso en fracaso, y cada vez se sentía más frustrada porque por más empeño que ponía en una relación más maltratada se sentía en la ruptura.

 Se juro a si misma que ningún otro hombre la iba a joder más. A partir de ahora todos esos capullos que siempre la habían menospreciado, que la habían considerado una fulana, alguien inferior a quien pisotear se iban enterar. 

Se dijo a sí misma, M. esta noche vas a ir a ligar a la discoteca y el tío más chulo y guaperas que veas va a pagar por todo lo que te han hecho. Se miro en el espejo y empezó a moldear la nueva M. esa que la sacaría del pozo.

Se dio un baño relajante, se depiló, quito el esmalte rosa de sus uñas y sonrió mientras las pintaba de negro.  Se dejó el pelo suelto con ese flequillo que casi ocultaba sus penetrantes ojos azules. Perfiló las pestanas resaltando aún más sus ojos y eligió una carmín pasión para sus labios que junto a sus mejillas con un tono oscuro le daban un aspecto muy sexy a la par que agresivo.

Cuando entró al ascensor y se miró en el espejo le gustó lo que vio. Unos zapatos de tacón de vértigo de los que ascendían unas piernas morenas hasta medio muslo, una falda negra ajustada con un corte en el lateral, una blusa negra con trasparencias que dejaba entrever el sujetador negro de encaje que recogía y resaltaba sus pechos y el pelo suelto que caía sobre sus hombros y sobre todo sus ojos, sus fríos ojos. Toda la estampa recordaba más a una depredadora que a una mujer.

Tenía muy claro que deseaba hacer, cómo y cuándo, así que solo le quedaba decidir con quién, quién sería su víctima. Se subió en su Mini One y se dirigió sin rodeos al centro, al Sex Shop por el que tantas veces había pasado sin atreverse a entrar, estuvo casi una hora comprando todo lo que necesitaba y cuando fue a pagar no puedo evitar ver el sudor que tenía el vendedor. Casi la desnudaba con la mirada, pero viendo la clase de artículos que compraba no se atrevió ni siquiera a comentarle nada puesto que la furia que vio en los ojos de M. hubiera espantado al más valiente de los hombres.

Llevó todo a casa y lo dispuso según su plan y de allí se fue al local más de moda del momento era casi media noche y sonriendo pensó que era la hora donde las fuerzas de la noche cobraban vida y ella era una de ellas.

En la entrada del local había bastante cola, pero M. ya no era la misma fue a la puerta hasta llegar a la altura del portero. Un hombre bastante musculoso que se quedó petrificado al verla. Se acerco lo miro a los ojos y acercándose, pero con un tono de voz que pudieron oír varias personas alrededor le dijo:

-Las Diosas no hacemos cola. Mientras le hacía un guiño y recorría con su mano el pecho del portero.

Este se apartó con una notable erección marcada en el pantalón y franqueándola el paso le dijo:

– ¿Como te llamas Diosa?

– Para ti, guapo, mi nombre es M. puede que juguemos después.  Le sonrió y cruzó la puerta.

 Entro en el local y avanzo hasta la barra sin mirar a nadie, aunque noto miradas sobre ella. Se sentó en la punta de la barra observando todo el local…saco un cigarro de su bolso y lo encendió. Dio una larga calada y expulsó lentamente todo el aire mirando y todo el local mientras por su mente cruzaba una idea. La trampa estaba lista.

Durante unos minutos pudo observar toda clase de chicos que no paraban de observarla.

Algunos esquivaban la mirada al ver que ella los observaba otros seguían observándola sin desviar la mirada y los más atrevidos la sonreían.

Enseguida se acercó el primer chico. Musculitos. Ropa ajustada marcando.

-QUE PASA TIA ¿COMO ESTAS?

Ufffff un nen, dios eso si que no solo pensar que no tendría ni de qué hablar con él ya la aborreció.

-Estoy ocupada.

-PUES TE VEO MUY SOLA PRINCESA.

-Jajajaja, me parece que Casimiro ya salió así más vale que vayas a casa o tu mama te pegará en el culote.

-DE QUE VAS TIA?

-De que no tengo ni ganas ni tiempo para perderlo con un crío como tú así que ya puedes perderte.

Al levantar los dos la voz varias personas ya miraban la escena y el chico optó por retirarse no fuesen a echarlo del local.

Acto seguido se acercó un chico bien vestido le pidió permiso para sentarse a su lado y empezaron a hablar. Este chico le cayó bien desde el principio y ciertamente parecía una buena persona, hasta la conversación le agradaba. Así que M. decidió “indultarlo” y al final se dieron el número de móvil y pensó que en el futuro lo llamaría para quedar con él. Pero hoy no, hoy estaba deseosa de venganza y no era ese tipo de chico el que buscaba.

Entonces lo vio, estaba en el centro de la pista bailando con una rubita muy pegados, pero se fijó que la miraba a ella. Le mantuvo la mirada y bajo su mano a su muslo y subió un poco su falda. El sonrió y suspiro. Era alto, Rubio, ojos claros, se notaba que cuidaba su cuerpo, e iba vestido con un tejano amplio y un polo. El empezó a acariciar el culo de la rubita mientras seguía mirándola así siguieron varias canciones y otros tantos chicos que se sacó de encima, porque la Depredadora ya había fijado su presa…

De repente la rubita le dijo algo al oído y desapareció dirección al lavabo, M se levantó camino directo hacia él hasta quedar los dos a un metro, le sonrió mientras se sujetaba el pelo dejando su nuca visible y haciendo ostensible que estaba acalorada. El se acercó a su oído.

-Hola guapa, me llamo Cristian, pero puedes llamarme Cris.

-mi nombre es M. ¿me preguntaba si estas libre o piensas seguir perdiendo el tiempo con la rubita?

-mmmm si que eres directa.

-Si te imaginas cuanto, si algo me gusta lo tomo, así de simple

M. vio por encima del hombro de él que la rubita estaba regresando así que pensó que era ahora o nunca. Se acerco a él le rodeo una nalga atrayéndolo y le empezó a devorar la boca justo en el instante que la rubita llegó junto a ellos. Cris estaba tan parado que solo pudo recibir el beso, jamás una chica le había entrado así y eso le puso cachondo y más parado se quedó cuando al separarse vio la cara de furia de la rubia y como esta le soltaba un bofetón que hizo girarse a medio local.

-ERES UN CERDO!!!!!!!!!

-esto…yo…

-NO QUIERO VERTE MÁS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Y salió la rubita disparada, ya iba a salir detrás de ella, pero noto como M. le sujetaba la muñeca al girarse para soltarse se la encontró a un centímetro de su cara susurrándole con cara de lascivia…

-yo te curaré.

Y le lamió de abajo a arriba la mejilla enrojecida

-me ha puesto muy cachonda tu amiguita Cris ¿crees que puedes ayudarme con eso?

-Tía me vuelves loco

-Vamos a mi casa, voy a hacerte un hombre de verdad.

El sonrió y asintió y noto como su polla iba a reventar el bóxer. Ya ni se acordaba de la rubita ni la escena de hacia un minuto.

Salieron del local ella fue a su coche mientras el subía en su motoneta.

-Cris a ver si puedes seguirme y no te pierdas o te perderás el polvo de tu vida

– ¿Crees que puedes dejarme atrás con esa lata princesa?

M. no contestó lo miró con una mueca y arrancó chillando rueda. Cris arrancó con un ruido atronador y a los pocos segundos estaba pegado a ella. M. miró el retrovisor y sonrió, se lo imaginó como si literalmente hubiese picado el anzuelo y lo llevase remolcado por una caña, solo que en vez de enganchado por la boca lo llevaba enganchado de los huevos.

Veamos que tal los tienes puestos pensó al ver que el semáforo que tenían a 50 metros cambiaba a ámbar, acelero un poco más y este ya estaba rojo y aun les quedaban metros por recorrer llego al cruce y lo pasó como una exhalación viendo que los coches de la otra calle arrancaban y mirando el retrovisor vio a su presa pasando justo por delante de un coche que casi lo enviste y que consiguió evitar en el último suspiro.

Hasta llegar a casa de ella se repitieron diversas situaciones de peligro y cuando pararon en el portal el bajo de la moto sudoroso y en tensión mal disimulada.

-Pensé que no tendrías huevos de seguirme guapito. Debes tener muchas ganas de follarme por cómo te has jugado la vida por mí.

– ¿Lo dices por los semáforos? Eso no es nada… Dijo con un ligero temblor de voz.

M. se acercó a él y lo beso notando como temblaba…. Y se estremeció pensando en lo que iba hacerle a su víctima notando como se humedecía por la excitación.

Subieron besándose en el portal, el ascensor, parecían dos amantes desesperados, pero en realidad M. estaba esperando tenerlo tan excitado que no la viera venir.

Abrió la puerta de casa y notó como le frotaba el paquete en el culo, se le estaba empezando a mojar la braguita. No recordaba la última vez que había estado tan cachonda. Entraron en el salón lo empujó sentándolo en el sofá. El intentó sujetarla y atraerla hacia el, pero ella le miró con lascivia y le espeto.

-A mi manera Cris, sino vete.

Sabía que la seguiría hasta el fin del mundo, estaba tan cachondo que sería un simple perrito.

M. empezó un sensual striptease despojándose de su blusa dejando a la vista el sujetador de encaje que realzaba sus pechos después abrió la cremallera de su falda y dándole la espalda dejo que esta se deslizara por sus muslos hasta caer en el suelo mostrándole la parte de la que estaba más orgullosa, su culo.

 Cris estaba en el sofá a punto de estallar, parecía uno de esos toros a punto de envestir, M. se acercó a él gateando acerco la cara al bulto ya indisimulable de su entrepierna y froto la mejilla con ella. Parecía que iba a reventar y oía los gemidos de excitación. Lo estaba llevando al límite y eso la ponía más cachonda. Estaba tan caliente que paso por su mente dejar que la follara que la hiciese mujer, pero se imaginó teniéndolo a sus pies que solo esa imagen casi la provoca un orgasmo así que sacándole el cinturón despacio se lo puso en el cuello de él a modo de bufanda. No quería asustarlo antes de tiempo. Sujeto ambos extremos con una mano y tiro de él.

-Vamos a mi cama no puedo esperar más.

-Si princesa voy a hacerte volar niña. Mientras le sobaba el culo metiéndole un dedo entre las piernas y acariciando su sexo mojado y su ano que se contraía.

Al llegar a la cama empujo boca arriba y como una gatita se puso sobre el busco el botón de tejano y le desabrocho y tiro de el arrastrando a la vez el bóxer. Su polla salió como un resorte apuntando el techo.  MMMMMMM estaba bien dotado- tiró el pantalón y acerco si mano rodeando el pene, estaba caliente, hinchado, palpitante. Acerco su boca a punto de besarlo y miro sus ojos.

-Siii dios!!!! Cómemela¡!!! ¡¡¡¡¡Vamos princesa come!!!!!

– Espera lo disfrutaras más no te muevas.

A cuatro se acercó a la mesa de noche del cajón saco un pañuelo de seda se acercó a él y pasándoselo por la cabeza vendó sus ojos.

-cariño si me miras con lo buena que estoy te correrás enseguida. Concéntrate solo en mi boca.

-Ufff como me pones nena.

– ¿Quieres que te la chupe Cris???

-Si vamos hazlo

-Primero me has de probar tú a mí.

Dicho esto, le cogió de los brazos y llevo sus manos a sus pechos sobre el sujetador mientas se sentaba a horcajadas sobre su pecho. Frotando su sexo en el pecho de él. Como si lo cabalgase, gimiendo para calentarlo más y guiando sus manos sobre sus pechos.

Casi lo tenía era como ver a un ratoncito mordisquear el queso del cepo, solo faltaba el último movimiento.

Tiro de las muñecas hacia arriba juntándole los brazos sobre la cabeza apoyo las rodillas en los bíceps de él inmovilizándolo y le puso su sexo en la boca sin dejarle opción a rechistar.

-MMMMMMMMMMMMMM siiiii dios méteme la lengua, MMMMMMMMM

Cris borracho de placer ni protesto por la presión de las rodillas se concentró en empujar la lengua en su sexo.

M. deslizó la mano bajo la almohada y noto el frio metal de las esposas en su mano, las saco abiertas tal como las había dejado hacia unas horas con una cadena unida al cabecero de forja de la cama las preparo sobre sus muñecas sin tocarle la piel y se preparó para atrapar a su presa. Su cabeza daba vueltas.

CLIC …CLIC

-mmmfffgg Pero ¿qué haces? Dijo Cris separándose de su sexo sin ser consciente aún de la situación.

-SSSSTTTTTHHHH, ¡calla!! Y relájate será lo mejor. Mientras se levantaba de su, ahora sí, víctima

-Oye tía estos rollos no me van!!!

-¡¡Te he dicho que calles!!!

-UNA MIERDA SUELTAME ZORRA!!!!!!!

M. se agacho cogió una fusta de debajo de la cama se levantó y sin mediar palabra lo empezó a azotar en el pecho mientras Cris se revolvía tratando de liberarse.

PLAFFF!!!!!!!

-AAHHHHHHHH

PLAFFFF!!!!!!!!!!

-¡¡AAAAAAAAARGGGGGGG DIOS PUTA SUELTAME!!!!!!

PLAFFFFFF!!!!!!!!

-ZORRA HIJA DE PUTA TE MATARÉ!!!!!!!!

M. paró lo miró y sin mediar palabra soltó un fustazo más fuerte aun en sus genitales que habían perdido toda la rigidez.

PPLLAAAFFFF!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

-AAAAAUUURRRGGGGGGGGGG!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

El grito fue escalofriante, hasta sobrecogió a M. e hizo a Cris escoger sus piernas en posición fetal gimoteando como un bebe sin moverse.

-Veo que lo vas entendiendo tío mierda. ¿Quieres otro?

-No… por …favor. Dijo entre jadeos.

-Ahora estarás quietecito ¿entendido?

Cris asintió con la cabeza.

-No te oigo cabrón!!!1 y descargó otro fustazo esta vez en la nalga.

PLAFFFFF!!!!!!!!

-¡¡ ÁAAUUUUGGGG!!!!!    Si lo estaré.

-Me tuteas????????????????  PLAAFFFFFFF!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

-AAAAAAUUUUUUU!!!!!!!!!……….no …. perdone.

-PARA TI AMA CABRÓN!!

-si… perdón …Ama.

M. sonrió, había pasado lo peor y ahora ya era suyo y solo debía seguir degradándolo igual que habían hecho con ella todos los cerdos que se habían aprovechado de ella, veía la cara y el cuerpo de Cris, pero en realdad imaginaba a todas sus parejas anteriores.

Abrió el cajón y saco unas tobilleras de cuero que ajusto a su nuevo esclavo. Le hizo girase boca abajo en la cama con la amenaza de otro fustazo y aseguro cada tobillera con una cadena a casa una de las patas de la cama dejándole las piernas abiertas y completándolo con una barra que mantenía fija la separación de sus piernas. Una vez aseguradas tenso la cadena de las esposas hasta fijar con un candado las mismas al cabecero y haciéndole sujetarse a los barrotes.

Se apartó y lo miró.

En su cama tenía a un macho, con un cuerpazo, soberbio pero indefenso, totalmente a su merced. La visión de sus manos aferradas a los barrotes, la venda en los ojos, la boca tensa, respiración agitada, cuerpo sudoroso, marcas rojas de los primeros fustazos, todo ello la hizo excitarse como nunca, puede que fuese la visión que tenía ante sí pero gran parte de su excitación se debía a lo poderosa que se sentía en ese momento. Tenía un esclavo que iba a pagar por todo el daño que había sufrido y no podía hacer nada para impedirlo. Eso la estimulaba más que nada que hubiese experimentado antes.

-Te voy a hacer un regalo para que estés entretenido mientras esperas un ratito. Y de paso te acostumbras al sabor de tu Ama y te lo grabas en el subconsciente.

M. se quitó las braguitas deslizándolas por sus piernas y envolviéndolas con delicadeza dejando la zona que había estado en contando con su sexo en la cara exterior y que se había empapado de sus jugos. Le abrió la boca y le introdujo la improvisada mordaza y asegurándola en su interior con un trozo de cinta americana.

– ¿te gusta mi sabor perrito?

-mmmmmmfffffffff. Asintiendo con la cabeza.

-Ahora espérame aquí quietecito y procura relajarte, porque hoy vas a descubrir cosas que ni imaginas putita mía.

Poso su mano en la espalda y descendió a su culo acariciándolo. Se acerco a su oído y le susurro mientras daba el un respingo al notar como dedo índice de M. acariciaba la entrada de su contraído esfínter.

-Esta noche preciosidad mía…acabaras suplicándome que te rompa ese culito de niñita que tienes.

-mmmmmmmmmMMMMMMFFMMMFFffffffffff. Gimió el pobre desgraciado mientras tiraba en vano de los barrotes del cabecero y se agitaba en la cama.

-Si cariño así me gusta que te estés ansioso. Piensa en ello mientras regreso preciosa. 

M. salió de la habitación dejándolo a oscuras y cerró la puerta. Estaba tan excitada y nerviosa que salió corriendo a la otra habitación se acabó de desnudar. Se enfundó el corsé de cuero negro por el que casi rebosaban sus pechos, ajusto las botas que llegaban a medio muslo tensando el infinito cordón que las adaptaba a su pierna, recogió el pelo en una cola en la coronilla, al quitar el pelo de los costados de la cara aún le rasgaba más su mirada y acrecentaba sus rasgos felinos cosa que llevo a la máxima expresión con un maquillaje oscuro, casi gótico.

 Miró la caja que tenía delante de ella y solo verla noto como se mojaba aún más. La abrió y tiro de una de las correas negras. Saco un Arnés provisto de dos penes negros uno interior moderado de unos 15 centímetros y uno descomunal exterior. De unos 25 centímetros y mucho más grueso que cualquiera de los penes que ella había visto o sentido jamás. Lo rodeo con su mano y pensó que si ella tuviese que encajar aquel monstruo probablemente se le acabarían las ganas de tener nunca más sexo anal y al instante imaginó a su esclavo agitándose en las ataduras y suplicando. Sonrió y encajó la parte interior en su sexo. MMMMMMMMMMMMMMMMM, estaba tan mojada que entró casi solo, jugueteó con él un poco entrando y saliendo. Si siguiese que poco le costaría tener un orgasmo. MMMMMM le costó para, pero la final lo encajó totalmente ajusto las correas y se miró al espejo.

La imagen era espectacular, casi no se reconocía a ella misma, por el efecto el maquillaje casi ni intentando esbozar una sonrisa se le dulcificaba el semblante. Parecía fría y distante y como guinda estaba el amarre. Verlo y saber que le esperaba a su víctima, que le iba a causar pánico le hizo tener un escalofrío, pero la suerte ya estaba echada para ese desgraciado. Cogió la fusta pasando la correa por su muñeca y la palmoteo en su mano haciéndola sonar. Realmente era una Dominatrix perfecta.

Camino despacio hasta la habitación para que Cris pudiese oír sus pasos acercarse abrió la puerta y dio la luz. El respiraba agitado, gimoteaba cosas incomprensibles y M. desató su venda y la retiró, quería ver su reacción.

Cris no vio nada hasta pasado un minuto mientras sus ojos se acostumbraban a la luz y M. tuvo la ocurrencia de mantenerse a contraluz para que no pudiese distinguir nada. Cuando creyó que ya era capaz de ver se apartó de la luz y se dirigió hacia él. La cara de Cris era un poema, la miraba con los ojos desorbitados y no podía apartar su vista del amarre, mientras tiraba infructuosamente de sus ataduras. No era consciente que eso aun excitaba más a M. y hacía que ella deseará sodomizarlo en ese mismo instante.

-MMMMGGGGFFFFFFFFFFFMM

-Cariño relájate o será peor.

-MMMMMMFFFFQ!!!!!!!!!

-Cielo nada en este mundo podrá impedir que te folle el culo toda la noche así que tienes dos opciones o te resistes y luchas. Y sinceramente aun harás que lo disfrute más. Así que mejor te relajas y tratas de disfrutarlo como una verdadera putita.

En ese instante Cris se derrumbó y empezó a sollozar y M. vio como las lágrimas descendían por sus mejillas.

Se sentó en la cama y le acarició el pelo y las mejillas.

-sssthhh cariño, ya, va que no es tan malo. Piensa dos cosas. Como veo que eres tan sensible, debe ser que estas empezando a conocer tu lado femenino, te estimulare antes para que disfrutes conmigo y por otro lado piensa una cosa preciosa te va a follar una diosa no un tío peludo así que si lo piensas bien deberías estar empalmado.

Cris la miraba con ojos llorosos. Buscaba con su mejilla su mano como tratando de suplicarle y que ella se compadeciese.

M. se levantó y se dirigió a su espalda.

-MMM FFFFGHHHHHHMMMMM!!!! -Gimió Cris desesperado al ver que no había lograda que ella lo liberase-

-YA ESTAS PROTESTANDO?????? SERÁS PUTA. Tendré que darte un aliciente más para que me obedezcas.

Fue a la mesilla y saco un cordón con un pequeño lazo corredizo y poniendo su mano entre las piernas apresó sus testículos. Cris quedo paralizado sin ni siquiera gemir. Rodeo su escroto con el cordón y tiro del suavemente deslizando el lazo hasta apresar sus testículos que soltó de su presa. Le mostró la cuerda y dio un pequeño tirón.

-AAAUUUUUFFFFMMMMMMMMGGFMFMFMFMMM!!!!!!!!!!!

-Ves putita como todo puede empeorar.  Ahora te voy a pedir colaboración. Espero no tener que usar más el cordón. ¿entendiste zorra?

Cris asintió sumisamente con la cabeza.

Soltó las ataduras que ligaban sus tobillos a la cama.

-Vamos putita ponte a cuatro patitas para que tu dueña pueda follarte a gusto. Mientras tensaba el cordón.

El esclavo subió sus piernas sobre las rodillas elevando su culo.

-Bien ahora abre las piernas, que pueda ver lo sumisa y puta que eres.

Cris abrió las piernas.

-Ahora quieta así. Y sobre todo calladita, no quiero oír ni mu si no te pregunto. – Dicho esto le quito la cinta de la boca y saco las bragas empapadas de saliva y flujos. – ¿No me das la gracias?

-Gracias por quitarme la mordaza Ama

-Bien perrita, ¿Ahora vas a ser una buena nena?

 -Por favor Ama no me haga eso… se lo suplico… haré lo que sea, pero no me folle el culo Ama.

-Cariño si te va a gustar ya lo veras. Al final serás tú quien me lo pida.

Cogió de la mesilla un pequeño estimulador anal de látex, no mayor que un bolígrafo con una punta muy fina y la parte de la base gruesa como un mechero. Escupió en su esfínter y empezó a acariciarlo con la puntita repartiendo la saliva.

– ¿Estas lista putita?

-Por favor …Ama … no lo haga

Empujó un poco y al ser tan fino venció la resistencia del esfínter entrando un par de dedos. La cara de Cris de la que ella no perdía ojo era indescriptible. Se había quedado paralizado. No expresaba nada, parecía como si todo su ser se hubiese detenido y tratase de analizar lo que sentía. Empezó a penetrarlo más y más con movimientos rítmicos mientras con su otra mano lo pajeaba. A las pocas envestidas empezó a notar su miembro crecer y en menos de un minuto estaba erecto a punto de explotar y ya no pudo reprimirse una risita al empezarlo a oír jadear.

-Vaya veo que tenemos una putita en potencia. ¿te gusta perrita?

-mmmmmmmm si Ama mmmm

M. dejo de envestir con tanta intensidad para empezar a sentir como era él el que buscaba moviéndose que se lo follase y lo pajease más rápido.

– ¿Te gustaría correrte putita???

-siiii Ama siiii mmmmmmmmmmm

-Si quieres correrte deberás pedirme que después te folle con mi látigo para correrme yo.

Cris estaba tan excitado, tan al borde del orgasmo que hubiese firmado hasta su sentencia de muerte.

-Si Ama lo que sea, pero hágame correr por favor.

M. se acercó a él empezó a mordisquear su oreja gimoteando para excitarlo más mientras incrementaba el ritmo de la paja y del estimulador, hasta que al instante noto los espasmos por todo el cuerpo del esclavo retorciéndose en sus ataduras y soltando abundante esperma en la cama quedando casi desvalido al acabar. Acabo de ordeñarlo y después se acercó a su cara con su vendaje.

– ¿Sabes que viene ahora no zorra?

-Si…Ama

-PIDEMELO

-Fólleme el culo Ama, se lo suplico hágame su puta.

-Si cariño, se que lo deseas.

Se puso a su espalda esparció lubricante con todo el pene para facilitar la entrada y apoyo el glande en el ano. Y sin más pausa empezó a empujar. Notaba como él hacía fuerza incapaz de relajarse, pero no se movía solo arqueaba su espalda tras unos instantes eternos el glande desapareció en su culo y sintió como él se tensaba como una estaca inmóvil recibiéndola. Mientras un sonido ahogado por la almohada se apagaba. Lo miró y vio sus ojos húmedos.

-Ya está zorrita, ya pasó lo peor. Verás como en poco tiempo te gustará.

Y dicho esto empezó a moverse lentamente notando como el puño del látigo resbalaba por su esfínter una y otra vez entrando cada envestida un poco más y más hasta que su pelvis chocó con su culo y lo tuvo totalmente empalado.

En ese instante lo sintió como suyo. Se detuvo y lo miró.

Miro sus manos blancas de la presión aferradas a los barrotes, las lágrimas bajando por sus mejillas. Y su respiración agitada. Sintió con su mano en la espalda el rápido latido del corazón, acariciándosela noto su cuerpo totalmente tenso, cada uno de sus músculos. Su sudor que lo bañaba totalmente.  Oyó sus ahogados lamentos. Y lo sintió derrotado a sus pies. Se sintió poderosa, el centro de todo y con todas estas sensaciones sintió el orgasmo más intenso que jamás había sentido, allí aferrada a su espalda.

Sintió que no sería ya más M. sino Ama Mónica.