La asfixia erótica, también llamada hipoxifilia, hipofixiofilia o asfixiofilia, es una manera de obtener satisfacción sexual a través de la disminución de la respiración durante la actividad sexual, puede ser realizada por uno mismo o en la actividad con otra persona.
Consiste en impedir la respiración de la pareja o la propia, ya sea mediante la obstrucción de las vías respiratorias cubriendo la cabeza con elementos plásticos o de látex o recurriendo a la semiestrangulación. Se trata de una práctica sexual peligrosa que ha llegado a ser causa de muerte. Cuando lo practica una persona sola se denomina autoasfixia erótica.
En la comunidad BDSM, las prácticas de esta naturaleza pueden ser denominadas breathplay; juego con la respiración, o edgeplay; juego al límite o juego arriesgado que, generalmente incluyen un socio participante. Al igual que otras prácticas sexuales de riesgo, el compañero amplía los límites de lo seguro, sensato y consensuado. El control de las situaciones que afectan a la respiración se puede evaluar, usando siempre algún tipo de señal convenida para avisar a la otra persona del peligro. Esta práctica se realiza casi siempre junto a otras actividades fetichistas.
Esta práctica parece remontarse a varios siglos de antigüedad: está registrada como práctica entre pueblos asiáticos. La práctica de la asfixia erótica se ha documentado desde principios del 1600. Al principio se utilizaba como un tratamiento para la disfunción eréctil. La idea de iniciar esta práctica, pudo ser consecuencia de la observación de que algunos reos ejecutados en la horca desarrollaban una erección, que incluso después de la muerte continuaba esa erección y de vez en cuando incluso se observó que el condenado eyaculaba durante el ahorcamiento. Se dice que fue introducida en Europa por soldados de la Legión Extranjera francesa a su regreso de la guerra de Indochina. Parece ser que estas prácticas la empleaban en los prostíbulos de Extremo Oriente para aumentar la sensación del orgasmo.
La privación de oxígeno con el objetivo de aumentar la intensidad del orgasmo es una práctica sexual de gran riesgo, pues ha llegado a ser causa de muerte en numerosos casos. De personas de renombre se pueden documentar de entre cientos los siguientes:
- El compositor Frantisek Kotzwara murió a causa de asfixia erótica en 1791. Posiblemente sea el primer caso registrado.
- El 27 de agosto de 1830, el príncipe Luis Enrique José de Borbón, fue encontrado ahorcado, con los pies tocando el suelo. Posiblemente estuvo implicada su amante, la Baronesa de Feuchères. Actualmente se considera que fue un caso de asfixia erótica.
- En 1936, la japonesa Sada Abe mató a su amante, Kichizo Ishida, mediante asfixia erótica en 1936. Luego le cortó los genitales y los llevó en su bolso durante varios días. El caso causó sensación en el Japón de los años treinta.
- El 5 de mayo de 1968, el actor estadounidense Albert Dekker fue encontrado sin vida en su cuarto de baño. Estaba desnudo, arrodillado en la bañera con un lazo alrededor del cuello atado a la barra de la cortina de baño. Estaba esposado, con los ojos vendados, amordazado y tenía escritas, por todo el cuerpo, palabras sexualmente explícitas pintadas con lápiz de labios rojo. El forense dedujo que se trató de un caso de asfixia erótica.