SEX4LOVER Alice & Joe Lomas de virreyes, CDMX; México
(Este relato fue escrito en español como su idioma original)
Así enseñe a un Cuckold a compartir a su esposa sumisa (escrito por Joe)
Así enseñe a un Cuckold a compartir a su esposa sumisa Acepto que en muchas ocasiones me gusta vivir experiencias Cuckold con mi esposa, así como lo han leído en otros relatos, también soy un buen corneador y se jugar mi papel bastante bien Hace unas semanas en el speed date de SDC colocamos unos anuncios, Alice estaría en México y buscaba una experiencia sexual y Joe estaría en Cuernavaca buscando igual. Una pareja con quien ya habíamos platicado en alguna ocasión y algunos años atrás, me contacto por WhatsApp, el me platico que deseaba vivir una experiencia Cuckold, me conto sus fantasías, pero no quería que ella supiera que el me había contactado, ella fantaseaba con un corneador y ser su sumisa y él consentiría esa sumisión. Le dije que aceptaba, pero con una condición, que aceptaría todo lo que yo hiciera, dijera y pidiera sin discusión, el estuvo de acuerdo. Pensé en crear una cita diferente, los iba a poner a prueba a los dos y aun con pandemia ya habían abierto muchos establecimientos así que los cité en un bar que se llama Yupis en donde nos conocen bien a mi esposa Alice y a mí, además casualmente ahí nos hemos encontrado con varias parejas swingers o incluso con hombres solos y aunque es un bar “Vainilla” se ha vuelto como un lugar de contacto para parejas que buscan en algún momento dado un hombre solo u otra pareja y nadie dice nada si hay manoseos ante la vista de los demás. Quede con el en que no me conoce y todo sería medio casual. Llegaron y por el acuerdo que tenia se dirigieron hacia la barra donde yo los esperaba. Ella venía tal y como le ordené a el, una blusa negra calada ajustada y sin sujetador, una minifalda demasiado corta negra y medias negras también. Al llegar el me reconoció por mi vestimenta y se sentaron a mi lado, ambos dudaron que pedir, así que gire mi banco y le dije al mesero tráeles un whisky a cada uno, me levanté y me puse en medio de ambos por detrás, le di la mano a él y le dije Joe, para servirles el me dio la mano y a ella la sorprendí, le cogí la cabeza y acerqué mi boca a la suya, la tome de la cabeza para besarla intensamente. Al principio ella quiso rechazar el beso, intento echar la cabeza atrás, pero yo la sujete bien y metí mi lengua, después cooperó mientras le pellizcaba un pezón mientras él miraba Una vez saludamos me senté al lado de ella pase mi brazo por su hombro dejando caer mi mano justo encima de su teta que no dejé de sobar y el barman sirvió los whiskys y le dije a el, tu esposa va a disfrutar este whisky. El barman que era nuevo pues por la pandemia el anterior renunció y no me conocía se me quedó mirando como le tocaba la teta mientras escuchó que le decía “tu esposa” seguramente ya había visto que otros hombres se sentaran en las mesas de una pareja, pero nunca que un extraño así llegando solo y así pidiera un whisky para extraños y además ese hombre la besara apasionadamente sin conocerla y presentarse. Tomé mi papel en donde yo sabía de antemano que querían ser sumisos así que llevé la conversación con constantes alusiones a ella como puta, zorra y cosas así. Cuando terminaron el whisky simplemente le dije al barman: dale mi cuenta y la de ellos al esposo que el paga, ya nos vamos, la voy a llevar a donde pueda disfrutar de una buena cogida delante de su esposo. Ella no dijo nunca que no, ni siquiera le permitía mucho hablar, yo llevaba el ritmo y el me seguía y ella seguía sorprendida por mis atrevimientos, nunca deje de sobar sus piernas o sus tetas. Realmente Alice mi esposa como dije al principio estaba en la Ciudad de México y no había nadie en casa así que decidí que ahí seria el punto de hacerlos cumplir sus fantasías sexuales, pero después pensé que como era su primera vez mejor sería un hotel el pretendió ir en su auto, pero yo daba las ordenes, y dije: no me subo a un auto de una persona que bebió alcohol, aun cuando solo fuese una copa, así que al salir del bar tomamos un taxi, le dije a él que se sentara delante y a ella atrás luego entre yo y dije en voz alta para que el taxista me escuchara: Yo me siento atrás con tu mujer. Conforme íbamos circulando le di indicaciones precisas y claras para llegar a un hotel nuevo y muy poco conocido, sentado atrás con ella, me dediqué a besarla y a desabrocharle la blusa y dejarle sus tetas fuera, las cuales también besé. De vez en cuando decía en voz alta cosas como que buena esta tu mujer o sácamela zorra y juega con mi verga. El taxista estaba desconcertado, nos miraba por el espejo retrovisor y de vez en cuando lo miraba a él de reojo como buscando una explicación a lo que estaba pasando. Como vi que el taxista estaba caliente por la situación y no nos iba a armar un escándalo, di un paso más y le dije a ella: chúpamela y la jale del cuello para poner mi verga dentro de su boca y termine diciendo en voz alta: cabrón, tu mujer es una buena zorra chupando verga. El taxista no sabía a donde mirar y él estaba callado y de vez en cuando se volvía para ver como me la chupaba. Al llegar al hotel, salimos del taxi y le dije al taxista, la cuota y la propina te la paga este cabrón cornudo. Al subir a la habitación, le dije a él que se desnudara y al terminar y quedar completamente desnudo, con su propia ropa lo até a la silla mirando hacia la cama y entonces me centré en ella y con voz fuerte le dije: eres una zorra y has consentido delante del barman, de la gente dentro del bar y del chofer del taxi que tu marido sea un cornudo, acércate y le di, no tan fuerte pero si una buena bofetada, y le grite: de aquí en adelante soy tu amo así que ¡desnúdate, que esperas!. No dándole tiempo a hacerlo le arranqué la blusa, le quité la falda y de un jalón le hice trizas la tanga. Le ordené que se quedara de pie de cara a la cama y que abriera las piernas y con la mano le fui azotando el culo. Entonces la agarré del cabello la jalé hacia atrás y la bajé de rodillas al piso, me puse delante y le ordené: mámamela. Mientras ella lo hacía lo miraba a él y le decía: ¿te gusta mirar verdad cabrón?, eres un cornudo y desde este momento ella será mía, será mi amante las veces que yo quiera y haré con ella lo que se me antoje las veces que yo quiera y cuando yo así lo decida. Le grite a ella y le dije, dile al cornudo de tu esposo que eres mía y que puedo hacer contigo lo que me dé la gana. Ella se sacaba mi verga de la boca y lo miraba con cara de perra y le dijo: le pertenezco y estoy a su disposición para que haga conmigo lo que quiera y cuando el quiera. La puse a cuatro patas de manera que él viera de primer plano su culo abierto y yo llevaba en la bolsa de una chamarra un consolador y un poco de gel así que decidí que era su primera vez y estaría muy difícil que ella se lo metiera a el en el culo, así me coloqué el arnés con el consolador al cual le puse un condón, gel lubricante y fui dilatándole el ano realmente era una putona, no me costó mucho trabajo ya que la zorra estaba ya muy abierta y cuando tenía el consolador ya dentro de su culo, le puse la punta de mi verga y se fue perdiendo dentro de su vagina hasta que mis pelotas chocaron contra ella. Le di varios empujones suaves y ella volteó la cara y me dijo Amo, reviéntame el culo, métemelo fuerte, así que empecé a meter y sacar rápido el consolador de su culo y agarrándola de las caderas le di fuertes embestidas metiendo el consolador hasta dentro de su culo que ella soportó y mi verga en su pucha, como si en su vida no hubiera hecho otra cosa que eso. Después de un buen rato cogiéndomela por el culo y la pucha, se la saqué y de los cabellos la jalé a la cama la subí boca arriba, quité los broches del arnés, le separé las tetas y puse mi verga en medio y le dije abre la boca y cómetela. Tenia buenas tetas y del tamaño adecuado para una rusa, después le separé las piernas y empecé a jugar con mi verga en su pucha. La restregaba, le metía un poco y la sacaba hasta que se la metí entera y me tumbé encima. Ahora la tenía totalmente sometida, debajo mía, a mi merced. Luego le levanté las piernas a mis hombros y mi verga entraba más hondo, mientras más fuerte me la cogía en su cara se veían muecas de placer y entonces le dije: aun no es tiempo de que termines, se la saqué y le grité que abriera la boca y que sacara la lengua, que tenía que lamer mi verga como perra que es. Yo le metía mi verga, le pellizcaba los pezones y le abrí la pucha que yo dedeé mientras ella lamía mi verga y con la boca abierta como la tenía le escupí dentro. Ella puso cara de rechazarlo y le di una bofetada ¿vas a rechazar la saliva de tu Amo, zorra? Y le volví a dar otra bofetada y ya no me volvió a rechazar. La puse en 4 patas y me puse un nuevo condón y empecé a cogérmela violentamente gritándole: dile a tu marido que aprenda como se debe de coger a una zorra como tú, que vea lo zorra que puedes llegar a ser, que sepa que a una puta como tú hay que tratarla como a una perra. Cuando se iba a venir paré y ella me gemía y exigía que siguiera, me suplicaba casi llorando no pares Amo, haré lo que me pidas, pero no paressss y entonces arremetí hondamente y me la cogí con fuerza y velocidad y la dejé venirse escandalosamente con puta viciosa. Una vez ella se vino en chorros humedeciendo las sabanas ya que seguía en 4 patas la saqué y me fui hacia él y le dije, mira cabrón lo que vuelve loca a tu esposa, y le restregué mi verga por su cara, ¿has visto de lo que es capaz de hacer por mi tener una verga como la mía? ¿Viste la cara del barman cundo le dije que era tu mujer y a la vez le tocaba las tetas y las piernas? Esta zorra se estaba mojando conmigo. A todo esto, no paraba yo de restregársela y sacudírmela en su cara. ¿Imaginas lo que pensaría el taxista a ver a tu esposa comerme la verga? Te voy a decir lo que pensaron de ti, que eres un cornudo, eso es lo que eres y en ese momento me vine echándole toda mi leche en su cara. Apiadándome de él, le desaté una mano y le ordené que se masturbara con mi leche en su cara y escurriéndole por su cuerpo y viendo como su esposa y yo mirábamos. Cuando le dije: Tu esposa desde hoy será mi puta. Puso cara de puerco a medio morir, se vino a chorros. Cuando terminó, le até de nuevo la mano y pensé en que ya era momento de que ellos disfrutaran de esa, su primera vez en que el era un cornudo y ella su hotwife, así que le ordené a ella que me pasara mi ropa y me pusiera los calcetines y los zapatos hincada en el suelo así lo hizo luego me salí no sin antes ordenándole a mi zorra que no lo desatara hasta que pasara media hora y que se masturbara delante de él mientras le decía lo mucho que había disfrutado conmigo y el era un inútil para cogérsela y le dije a ella antes de salir que apuntara su número en mi celular pues la próxima vez habría una sorpresa para los dos. Joe Sex4lover
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