Ménage à Trois; Una Aventura Erótica

Más tarde o más temprano, todos comenzamos a preguntarnos sobre variaciones sexuales que van más allá de la pareja tradicional, particularmente aquellas que trascienden las reglas usuales de la privacidad convencional durante el acto amoroso. El atractivo de una nueva combinación, por ejemplo, un trío presenta numerosos aspectos: el estímulo de más de una persona prestándole a uno atención al unísono; la posibilidad de experimentar con la bisexualidad en una atmósfera relajada y sin peligros; la dosis de exhibicionismo existente de cada uno de nosotros (no aquel barato sino el saludable deseo de mostrarle a los demás las habilidades propias) y voyeurismo (de nuevo, no el atisbador perverso sino la natural curiosidad por observar como otras personas realizan el acto sexual). Una orgía exitosa satisface todos estos deseos, además de ofrecer un increíble orgasmo (quizás dos o más …).

Tríos

         No faltan ideas sobre qué hacer cuando uno ha reunido un grupo que satisface las fantasías particulares en una situación favorable para la expansión sexual. Pero, en primer lugar, ¿Cómo lograr reunirlos? Por supuesto una posibilidad es invitarlo con franqueza, pero esto requiere de los componentes una gran dosis de valor para contestar positivamente. Hay otras formas de “invitar” que no son tan difíciles como la gente se imagina. Un pretexto para establecer un “accidental” contacto físico puede ser el inicio de una relación más profunda.

       Uno de mis métodos favoritos consiste en dos personas dándole una sesión de masaje a una tercera. Es fácil encontrar una justificación para ello: dar masaje es una labor agotadora y es más cómodo modo de llevar a cabo cuando dos personas lo aplican y siempre uno aprende diferentes técnicas del otro. Cualquier buen libro sobre masaje afirma que la mejor forma de aplicarlo es cuando tanto quienes lo imparten como el que lo recibe están completamente desnudos. Quizás no sea fácil convencer a todo el mundo a quitarse las ropas, pero al menos se consigue que estén desnudos de la cintura para arriba. Imagínese esta escena: dos mujeres, con los senos al aire inclinadas aplicando aceite aromático sobre la espalda de un hombre acostado boca abajo completamente desnudo. Ahora bien, si esta situación no es capaz de crear fantasías eróticas en cada uno de los presentes, entonces, no se cual será capaz…

         Ya tenemos la escena montada, ahora pasemos a la siguiente etapa. la respiración de los participantes es entrecortada y cada cual trata de ocultar sus pensamientos. ¿De qué manera se rompe el hielo? En realidad, no hay necesidad de un inicio abrupto. Las manos que frotan, imperceptiblemente, se hacen más firmes e íntimas. En vez de restregar aceite lo que se está haciendo es acariciar una piel que se ofrece y pronto y sin advertencia, todos están entrelazados en el piso dispuestos a actuar de forma más atrevida. Posiblemente no medie palabra pues cada cual teme que se rompa el encanto y surjan las represiones naturales.

Otras situaciones aparentemente «inocentes» incluyen, apretarse unos contra otros en busca de «calor» durante el invierno mientras se reposa en un sofá y se mira la televisión. Lo mismo puede ocurrir cuando se está de excursión y se duerme al aire libre; o cuando se sale de las frías aguas de un lago, río o el mar. Otras oportunidades favorables existen cuando se juguetea con cosquillas o se apuestan piezas de ropa en un juego de barajas. En definitiva, cualquier excusa para tocar a otro o quitarle las ropas, mejor aún, ambas cosas. Está en manos de cada cual determinar si existe una atracción entre tres personas, por supuesto; pero si se está razonablemente seguro, entonces basta un mínimo indicio para desencadenar los acontecimientos. No busque el auxilio del alcohol o las drogas en exceso para perder las inhibiciones, pues entonces lo que van es a «dormir juntos» en sentido literal.

      Como comportase en un trío

Debido a que los tríos son una nueva experiencia erótica para la mayoría de la gente, se debe tomar especial cuidado para que ninguno de los componentes se sienta incomodo. Si se tiene la buena fortuna de tener un verdadero encuentro triangular, con las dos personas del mismo sexo relacionadas entre si eróticamente al cual que con la tercera del sexo opuesto, entonces la atención tiende a dividirse en partes iguales y nadie se siente abandonado o ignorado. Cuando no ocurre de esta manera ideal, es bueno estar atento al tercero pues siempre ocurre que dos de los componentes se conocen mejor y entonces la tercera persona se siente excluida si no se es precavido. Esto no significa que todos tienen que experimentar orgasmos simultáneos o estar siempre relacionados sexualmente entre si al mismo tiempo; sin embargo, uno de los placeres de los tríos o «ménage à trois» consiste en tipos de disfrutes más indirectos.

Voyeurismo

Observar a otras personas hacer el amor no es un placer secundario y tiene su valor por si mismo. Satisface nuestra curiosidad, nos enseña nuevas técnicas y, a la vez, nos excita. Si se necesita un momento de descanso o simplemente se tienen ganas de mirar, permítase a los otros dos integrantes hacer el amor mientras se observa.

A menudo la gente cree que se comporta ridículamente cuando hace el amor, pero basta sólo observar para darse cuenta de la falsedad de esa noción. Los cuerpos humanos se ajustan entre si de forma maravillosa y contemplar el roce de una piel contra otra piel (ambas ligeramente húmedas debido al sudor) es algo muy provocativo. Se pueden detectar pequeños detalles de los participantes: dedos que aprietan las sábanas, músculos tensos, rostros con una expresión casi de dolor que por instantes se transforman en absorbente lujuria.

También se aprende mucho observando. Por ejemplo, se verá como su compañero o compañera usual reacciona a un tipo de estimulación que usted desconocía que le agradaba y sabrá como llevar a cabo esta nueva caricia es seguida que se le presente una oportunidad. Se adquiere un nuevo sentido de los ritmos de otras gentes y se verán nuevas caricias que anteriormente se desconocían.

Inevitablemente, se excita uno tanto con lo que está mirando que entran ganas locas por participar. En este caso hay que tener mucho cuidado pues se desconoce hasta que punto uno va a ser bienvenido en ese momento y hasta que punto se es un obstáculo en lo que la pareja está realizando. Por tanto, se debe comenzar lentamente. Acaricie con suavidad para ver que reacción se produce (si los otros dos están profundamente concentrados, es posible que ni siquiera se den cuenta). Si hay una reacción positiva, avance cautelosamente.

Un trío verdaderamente activo es una experiencia fluida, dos se convierten en tres y más adelante se transforman en un dúo de nuevo; y se espera la participación del tercero cuantas veces se presente una oportunidad adecuada. Pero, en el caso de que usted nunca haya práctica del voyeurismo, es muy probable que prefiera observar la acción impulsado por la curiosidad. Lo cual no es nada malo pues siempre habrá oportunidad para su participación directa.

Exhibicionismo

Por supuesto, la otra cara del voyeurismo es el exhibicionismo y, aunque no incluye necesariamente el deseo impúdico de mostrarse, si contiene una pequeña gota de éste ingrediente. Además, ¿Por qué no? si es un buen amante y una persona atractiva, no existe ningún motivo para ocultar estos talentos naturales. El sexo es; una de las muchas cosas que usted sabe hacer bien y si se presenta una oportunidad apropiada para demostrarlo, no hay porque dejarse arrastrar por las inhibiciones.

Claro, al pensar en ello fuera del contexto, se asume que es imposible despojarse de esa autoconciencia lo suficiente como para hacer el amor a la vista de un tercero, en especial, si se trata de la persona que se quiere. Pero dadas las circunstancias adecuadas, reunido con gente en la que se tiene confianza y en una atmósfera de irresistible tensión sexual la situación varía completamente. Lo afirmo tan categóricamente porque he pasado personalmente por esa experiencia. Parte del tiempo uno se olvida que hay otra persona observando, créalo o no, en especial, cuando uno se aproxima al orgasmo. Y la otra parte del tiempo, se tiene la curiosa sensación doble de estar a la vez participando en el propio acto amoroso e imaginando verse a si mismo desde el exterior.

Cada vez que se presenten las ganas, recuerde al tercer integrante y hágalo participar en el sexo, usando la parte del cuerpo que tenga libre en ese momento. Posiblemente él o ella este solo esperando por una oportunidad para formar parte de la acción. debido a que las personas son tímidas para expresar sus necesidades y deseos en una nueva situación, se debe ser muy sensible para anticipar lo que quieren.

Bisexualidad

Uno de los factores potencialmente más excitantes y a la vez temido, en un “ménage à trois” es la oportunidad de experimentar un poquito de bisexualidad. Casi todos nos hemos preguntado (al menos una vez) ¿Qué se sentiría al tener contacto físico con un amante del mismo sexo? Pero las posibilidades de probarlo entre dos no son muy frecuentes, por lo que una perfecta ocasión para intentarlo es en un trío. En esa situación, una mano o una boca puede “inadvertidamente” hacer contacto con un amante del mismo sexo, si esta impresión es satisfactoria, se puede continuar, pero si las cosas no salen bien, entonces se puede regresar a la acción heterosexual sin que se creen sentimientos de pena o rechazo.

Independientemente de los sentimientos suyos y del participante de su mismo sexo sobre la experiencia, ninguno de los dos se ha convertido automáticamente en homosexual por haber tenido contacto sexual. Por supuesto, la cosa cambia si usted busca contactos exclusivamente con miembros de su mismo sexo, pero un poco de experimentación carece de consecuencias y solo significa que usted posee las mismas tendencias bisexuales que casi todos nosotros tenemos en mayor o menor grado.

Si el contacto bisexual es satisfactorio, se debe practicar hasta el punto en que comience a ser molesto. No se preocupe por lo que los verdaderos homosexuales se hacen entre si, lo que se considere gratificante llévelo a cabo sin reservas. Piense en las ventajas que usted tiene como miembro del mismo sexo: sabe, por experiencia personal, lo que gusta o disgusta y conoce cuales son las reacciones que se deben observar porque indican que sus esfuerzos están produciendo los efectos deseados. También usted puede ser decisivo en enseñar al participante del sexo opuesto algunas cosas sobre ustedes dos; como es sabido, existe un límite para describir ciertas nociones con palabras, por lo que la única solución es demostrarlas con hechos. Finalmente, no tema asustar al miembro del sexo opuesto, indudablemente se sentirá fascinado y profundamente excitado por lo que está viendo. Observar mujeres haciendo el amor es una de las fantasías favoritas de muchos hombres, basta recordar la popularidad de este tipo de escenas en las películas pornográficas. Por otra parte, la mujer se siente intrigada y curiosa por conocer corno dos hombres lo realizan juntos.

Si usted nunca antes ha podido realizar muchas de sus fantasías eróticas, esta es la oportunidad de su vida. Un trío, por propia definición, es una relación sexual fuera de lo común y automáticamente brinda nuevas libertades. No pierda la oportunidad, toque todo y a cada uno y a su vez déjese acariciar en nuevas formas. Este es el momento para complacerse se y ser complacido sin inhibiciones ni sentimientos de culpa.

Alice & Joe

Sex4lover.mx

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