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BDSM Principios y Componentes Básicos

La comunidad internacional vinculada al BDSM viene poniendo especial énfasis en que las prácticas sean SSC; Safe, Sane and Consensual es decir Seguro, Sensato y Consensuado, término acuñado en 1983 definiéndose como relaciones BDSM en las que se debe seguir un modo seguro, sensato y consensuado respecto a sus prácticas:

Seguras, en cuanto al conocimiento necesario sobre su desarrollo y sobre el material usado, así como sobre la prevención de riesgos.
Sensatas, en cuanto a la capacidad razonable de decisión por parte de los actores, no alterada por drogas o bebidas alcohólicas y acorde con la experiencia de cada participante, sabiendo diferenciar fantasía y realidad.
Consensuadas, en cuanto a que los participantes estén de acuerdo sobre la forma e intensidad con la que se realicen, e igualmente que dicho acuerdo pueda rescindirse en cualquier momento.
Sin embargo, lo que en su inicio fue una definición creada para deslindar el campo del sadomasoquismo consensuado de los malos tratos sobre el que la sociedad estadounidense mantenía una severa prevención, fue desarrollando en algunos pequeños grupos modelos de intransigencia muy alejados del propósito inicial para distanciarse del abuso que algunas personas hacían.

RACK

Desde los años noventa surge un nuevo concepto, el RACK Risk Aware Consensual Kink, en español Riesgo Asumido y Consensuado para las prácticas del BDSM que reúne en torno a su definición un elevado número de activistas. El RACK pone los acentos en la responsabilidad propia de los participantes en una actividad BDSM, responsabilidad informada y consensuada para evaluar y asumir los riesgos de dicha actividad. Más que una diferencia semántica o de concepto, los partidarios del RACK tratan de modernizar la definición del SSC que se concibió fundamentalmente para trazar una línea divisoria con los malos tratos o la violencia de género, pero que sus mismos impulsores han tenido que reconocer, una y otra vez, que su propósito original estaba siendo defraudado y prostituido por el uso intolerante, extremista y poco inteligente por parte de algunos grupos marginales dentro de la comunidad BDSM.​

La mayor parte de los activistas de la escena adoptan actualmente la postura de señalar el SSC como adecuado para comunicarse con el mundo de la sexualidad convencional o vainilla, mientras que sostienen que el término RACK define con mayor rigor y precisión las prácticas BDSM reales.

Palabra de seguridad

Dado que muchas de las situaciones durante una sesión contienen elementos de fantasía y rol, y que en algunos de ellos se escenificaba la protesta del participante sumiso, era necesario crear un sistema de comunicación que le permitiera a este dejar claro el momento en que su protesta era real y equivalía al deseo de no continuar. Y era preciso que el dominante pudiera percibir nítidamente este deseo y diferenciarlo de la escenificación del ¡no, ya no más! que podía ser parte del juego sexual pactado. La solución fue la denominada como palabra de seguridad. Puede ser una palabra de rápida dicción y sonora que cada pareja D/S inventa para si como ejemplo, stop, tango, negro, una que sea significativa para quien la debe recordar como el nombre de una persona, artista, familiar, etc.

La palabra-código, también así llamada, es usada por la parte sumisa para indicar de forma rápida que el grado, las circunstancias o la actividad que se está desarrollando no es de su gusto, ya es demasiado fuerte y que desea parar. La ética del BDSM prefija que en todo momento la parte dominante respetará dicha manifestación e interrumpirá la actividad.

La primera mención constatable del concepto se registra a finales de 1992 y se refiere a unas precisiones fonéticas aparecidas en el círculo de activistas del S/M.

La palabra de seguridad no debe contener sonidos fonéticamente tenues, para evitar su mala audición con música ambiental. Tampoco debe contener la vocal i, ya que esta es difícil de entender si la voz de quien esta siendo sometido(a) es débil.
Aunque parezca extraño la palabra de seguridad también se utiliza en otros casos de quien esta siendo dominado considera como de verdadera urgencia, como ejemplos, la necesidad de ir al baño, recuerda que dejó el gas de la estufa abierto o simplemente la otra parte está deslizando una pluma de ganso por las plantas de los pies de la persona sumisa, sin saber que ésta tiene insoportables cosquillas en esa zona, o cuando por cualquier otro motivo se quiere interrumpir la sesión por otras razones.

Su uso es generalmente indiscutido, especialmente en los comienzos de una relación, pero contiene también algún riesgo, el abandonarse demasiado a la palabra-código en que puede a veces perjudicar la seguridad. Se debe tomar en cuenta que en el caso de juegos emocionalmente profundos, puede encontrarse la parte sometida demasiado abstraída e inmersa en sus emociones como para usarla.

Concenso

Consensuar – Consensualmente: Se refiere a la voluntariedad y mutuo acuerdo en relaciones BDSM.
El consenso que se establece en todas las relaciones BDSM es precisamente lo que le dota de un contenido específico, distanciándolo de cualquier situación de violencia no pactada, como los malos tratos, la violencia de género, etc. Al igual que el consenso sexual, permite distinguir con claridad cuando dos personas están haciendo el amor y cuando, al faltar este, se produce una violación, de igual manera comparar una sesión BDSM pese a la apariencia de violencia verbal o física, con una situación de malos tratos, sería como pretender comparar la noche de amor de una pareja con la infamia de una violación. Esta forma de consenso puede revestir múltiples formas. Por ejemplo, mediante la escenificación de una negociación previa a la sesión, en la que se establece el cómo, el cuándo y el grado de las actividades a realizar, la palabra de seguridad a emplear, etc. Pero también puede adoptar la forma de acuerdo menos elaborado, cuando existe amplia confianza por ambas partes. En todo caso, su existencia es siempre básica para que la actividad a desarrollar esté encuadrada en lo que se denomina BDSM. Asimismo existen fórmulas de consenso global, especialmente en parejas que se conocen o se relacionan habitualmente. En estos casos, no siempre se da una negociación previa antes de cada sesión, sino que a menudo se establecen pactos más abiertos y a más largo plazo.

Metaconsenso

El metaconsenso es una forma evolucionada de consenso, propia de algunas relaciones BDSM muy avanzadas en el mutuo conocimiento y donde se producen situaciones de profunda confianza entre la parte sumisa y su dominante, además de suponer una amplia experiencia por parte de esta última. Existiendo dentro del BDSM otras formas minoritarias de contemplar el empleo de la palabra de seguridad, especialmente para los practicantes del metaconsenso. Para ellos, la parte pasiva o sumisa cede voluntariamente y previo consenso la completa responsabilidad sobre el desarrollo de la sesión a la parte activa o dominante. En esos casos es la parte activa la que decide si interrumpir o no la sesión, lo que, presupone además del previo consenso un elevado grado de confianza y conocimiento entre ambas partes. En dichas relaciones, la parte sumisa manifiesta explícitamente que no desea asumir la responsabilidad de interrumpir la sesión en el caso de sentir que ésta supera sus límites o su capacidad, sino que desea que sea la parte dominante quien tome esa responsabilidad y decida en todo momento al respecto. Esto implica, por ejemplo, que la parte sumisa asume de forma responsable, consensuada y sensata su deseo de que, en caso de rogar dar por finalizada una actividad concreta o la sesión en su conjunto, sea la dominante quien decida aceptar o no esa petición. El metaconsenso se practicaba de forma muy generalizada en los inicios históricos del BDSM, la época denominada de la Old Guard, aunque era más conocido en los círculos anglosajones con la denominación, algo confusa, de CNC no-consenso consensuado. A raíz de popularizarse en la comunidad el concepto SSC, el metaconsenso pasó a estar más en desuso y no volvió a vivir un relativo relanzamiento hasta la década de los 90, aunque su práctica continúa siendo minoritaria en la comunidad BDSM. Ofrece la ventaja, para la parte sumisa, de no tener que preocuparse por el desarrollo de la sesión, ya que será la misma dominante la que la interrumpa, si cree que está siendo demasiada intensa, sin necesidad de esperar que aquella lo manifieste. Esto es especialmente importante en los casos en donde la parte sumisa se encuentra en un estado cercano al éxtasis, el llamado sub-space, que puede sobrevenir durante una sesión.​ Pese a ello, muchas de las personas incorporadas al BDSM tras el periodo de la Old Guard opinan que el metaconsenso es una práctica que arrastra importantes riesgos y la consideran, por tanto, en los límites de la comunidad por lo que rechazan el uso de la palabra de seguridad, por entender que es un límite no deseado en la entrega.

Roles

En el BDSM se identifican dos roles: dominante y sumiso. El dominante es el que disfruta de estas prácticas manteniendo la iniciativa y el control de la acción, mientras que la parte sumisa obtiene placer al entregarse en manos del dominante, para que sea este quien le dirija.

Además, algunas personas gustan de ejercer ambos roles, dependiendo del momento o de la persona con la que actúe. En ese caso se habla de un activista switch, término en el idioma inglés con el que se designa el invertir los papeles del juego B/D.

Categorías dentro de los distintos roles

Tutor: es aquella persona experimentada ya en el BDSM que inicia a otra. Puede ejercerse en cualquier rol, es decir, una persona sumisa puede ser la tutora de un Dominante. Sin embargo, lo más habitual es que un Dominante ejerza como Tutor de otro Dominante o de un sumiso.
Maestro: Se considera Maestro a aquel Dominante que ejerce su rol de manera impecable a ojos del sumiso, que es quien le da este título si así lo considera.
Amo: Dominante poseedor de uno o varios sumisos.
Esclavo o Sumiso: que entrega los límites a su amo/a.