Algo que sorprende al estudiar la evolución del BDSM es su diversidad. Aunque históricamente sus raíces surgen del movimiento sadomasoquista, cuando se desarrolla verdaderamente como aglutinador, a partir de 1992, lo hace agrupando una amplia diversidad de prácticas, aficiones e identidades sexuales, hasta el punto de que esa misma diversidad le confiere uno de sus aspectos más sobresalientes.
Actualmente, el BDSM aglutina como subcultura a individuos sin importar su preferencia sexual, religión o estatus social, económico o cultural. En cuanto a las prácticas, van desde la mujer que le gusta usar zapatos de tacón de aguja como elemento fetichista, constituyendo esto su única aportación no convencional, hasta el masoquista de alto grado que vincula dolor y placer.
Todos ellos comparten una cierta estética y un elemento común: el consenso y la tolerancia adulta, bajo el lema: Tu gusto no es el mío, pero me gusta que lo puedas practicar. Solamente en la periferia del BDSM se pueden dar algunos casos de intransigencia hacia el resto de la sociedad o hacia otros segmentos de la comunidad, pero es algo escasamente habitual en una cultura que se suele distinguir por la tolerancia hacia formas de pensamiento alternativas como lo es el BDSM.
Dominación y sumisión
En la escena del BDSM se define como relación D/s o de DOMINACION-sumisión la integrada por una parte pasiva, que adopta el rol sumiso, y una parte activa, que hace lo propio respecto del rol dominante. En todo caso se concreta en torno a un modelo de EPE Intercambio Erótico de Poder, basado en el consenso. Esta práctica, al contrario que muchas otras que forman parte del BDSM, no se define con un término anglosajón, sino que se deriva del latín y así se conoce también en los países anglosajones por su abreviatura D/s, al margen de que estos usen frecuentemente el término EPE. Algunos estudiosos en la materia pretenden ver en ello una prueba más de las raíces mediterráneas de este tipo de relaciones y su mayor auge en países del Mediterráneo, respecto a los países anglosajones, donde son más extendidas las relaciones S/M. En la D/s se emplean las denominaciones de sumisa o sumiso, en un caso, y las de Amo – Ama, en el otro. La denominación de Dómina o Mistress para las dominantes femeninas, suele ser más usada en la llamada dominación femenina profesional, más cerca de la prostitución especializada que de las relaciones D/s. Otras denominaciones usuales, aunque no tan frecuentes, son esclavo/a, Señor/a, Tutor/a y Master/Lady. A menudo se designan con una inicial mayúscula las denominaciones del dominante, y en minúscula las de sumisas y sumisos. Este tipo de relaciones con frecuencia asumen rituales altamente elaborados y con contenidos simbólicos complejos, que enlazan a sus practicantes de una forma mucho más intensa que en otras actividades del BDSM. A su vez, una pareja D/s no desdeña el uso de ninguna de las otras prácticas contenidas en el BDSM. Una sesión durante un ritual D/s puede ser breve e improvisada, o prolongarse durante horas, incluyendo bondage, disciplina, fetichismo, suspensiones, sexo explícito, uso del binomio placer-dolor, etc. Pero siempre como un medio más de expresión de su relación; por eso algunos la tienen como la forma más extensiva, interdependiente y sofisticada dentro del BDSM. Determinados símbolos propios de las relaciones D/s, como el collar de sumisión y el Anillo de O, que en su origen se usaban como instrumento de mutuo reconocimiento social, se han extendido a lo largo y ancho de la escena BDSM, perdiendo parte de su carácter diferenciador en el interior de la propia escena y pasando a convertirse poco menos que en símbolos genéricos del BDSM. En algunos casos, incluso, han trascendido los límites de la comunidad y forman parte hoy en día de algunas de las expresiones populares de moda vanguardista.
Sadomasoquismo
El sadomasoquismo es un término genérico que define relaciones en las cuales el binomio dolor-placer tiene una gran importancia como medio de materializar relaciones de intercambio de poder. Se denomina sadismo, por otra parte, a la práctica activa que realizan las personas que sienten un placer sexual al castigar a otra. Masoquismo sería la práctica pasiva, la de aquellas personas que experimentan un placer sexual al sufrir determinada intensidad de dolor. Las investigaciones de cierto peso científico realizadas en las dos últimas décadas, conducen a pensar que ambas tendencias coexisten en mayor o menor grado en todo ser humano.
Bondage Shibari
El bondage como práctica de encordamientos o ataduras sobre el cuerpo humano, con fines estéticos o sexuales. Es un anglicismo que viene de to bind, que asume a su vez la tradición del shibari, palabra japonesa para el arte del encordamiento. Puede conllevar la inmovilización de la persona pasiva, o no. Asimismo, puede incluir o no la sujeción de ésta a un elemento fijo, la suspensión parcial o total, etc. Las cuerdas suelen ser de algodón o fibras artificiales, pero también pueden ser de yute, paja de arroz, esparto, mezcla, etc. También se entiende de forma extensiva como bondage las inmovilizaciones con esposas, pañuelos, cadenas, etc. El bondage puede formar parte de una relación más amplia, o practicarse de forma exclusiva.
Disciplina, Flagelación y Disciplina Inglesa.
Esta disciplina es un término genérico que describe las actividades de quienes gustan, por activa o por pasiva, de la flagelación erótica, también llamada la práctica de los azotes eróticos. Consiste en el uso de un Flogger como látigo de colas, comúnmente empleado en rituales de flagelación y puede ser desde muy pequeño hasta dimensiones que el dominante pueda controlar o bien usando algún instrumento, en cuyo caso se extiende la zona azotada a piernas, senos, tórax, etc. y se habla de flagelación. Los instrumentos de azote clásicos en este último tipo de práctica son los floggers o gatos de cola, la paleta, la canne o vara fina y flexible de fresno o similar, la fusta y el látigo, entre otros.
Spanking
Consiste en el uso de la mano para azotar principalmente las nalgas de la persona pasiva recibiendo en este caso el nombre específico de spanking o bien usando algún instrumento de azote clásicos en este tipo de práctica como la paleta, la vara fina y flexible, la fusta entre otros. Y también un sinfín de instrumentos diseñados en principio con otro propósito, como cepillos para el pelo, zapatillas, etc.
Fetichismo sexual
El fetichismo es el uso de símbolos o fetiches a los que se les asocia, por parte de quien lo practica, un valor especial, más allá de su uso cotidiano o de su valor intrínseco. Puede ser una prenda a la que se concede por quien la lleva puesta o unas medias enmarcando unas piernas femeninas, que despiertan en quien las contempla una fuerte motivación erótica. En el marco del BDSM, los fetichismos que se relacionan son aquellos de contenido sexual, y los más comunes son los relacionados con los pies, las medias, las botas, los zapatos de tacón alto de aguja, la ropa interior, los uniformes, el vello corporal o la ausencia del mismo, etc. Existen por tanto dos tipos de fetichismo en el BDSM: el de la persona que gusta despertar motivaciones sexuales, por ejemplo, llevando altos tacones de aguja, y el de las personas que se sienten atraídas por la exhibición del correspondiente fetiche.
Aquí puedes ver los fetiches mas comunes y de que se trata cada uno (solo haz click)
Y aquí puede ver una lista de casi todos los fetiches y parafilias conocidos en orden alfabético.
Juegos de rol
Es el tipo de práctica en la que se asumen diferentes roles sociales o de género durante una sesión BDSM. Comúnmente el juego de rol representa a través de fetiches la condición dominante y sumisa, incorporando elementos al vestuario que refuerzan la intencionalidad de control y entrega. Uno de los juegos de rol más comúnmente utilizado es el de feminización, situación en la cual la mujer dominante llamada Dominatriz obliga al Dominado a vestir atuendos y maquillaje femenino. El concepto de juego es muy usual en una parte importante de la comunidad BDSM. Se trata de personas que consideran las prácticas relacionadas con su afición como algo de contenido, forma y fondo eminentemente lúdico sexual, escénico. En el vocabulario de estos activistas, se habla de juego, de jugar y de juegos de rol sexuales, refiriéndose generalmente a quienes toman y representan un papel dentro de una escenografía formada por un par complementario: maestro-alumna, cuidador-mascota, enfermera-paciente, amo-esclava, etc. Existen algunos que reciben una denominación específica, como los juegos de edad o Age play los de Adulto/a o Cuidador/a y bebé, y otros. Un elemento esencial de este tipo de relación es el EPE Erotic Power Exchange o Intercambio Erótico de Poder. Este tipo de fantasías escenifican en la práctica una situación no igualitaria como elemento de juego sexual, pero se enmarcan en relaciones que, paradójicamente, suelen ser más igualitarias fuera del juego que, muchas otras del resto de la sociedad. Durante el juego los practicantes actúan siguiendo los modelos de comportamiento supuestos en el personaje que interpretan: si se trata de un rol cuidador-mascota, aquel utilizará el lenguaje propio de quien habla cariñosamente o con enojo con su mascota, mientras que quien se atribuye este último papel, imitará en parte los movimientos, comportamientos e incluso sonidos de dicha mascota. Al finalizar el juego, la pareja recobra su relación habitual.
Muy diferente es la visión de otra parte de la comunidad BDSM respecto a los mismos elementos. En este caso, los participantes perciben igualmente que la relación tiene amplios componentes de fantasía, pero rechazan considerarlo exclusivamente como un juego escénico, sino que lo dotan de elementos profundos y de un complejo simbolismo, que trasciende el espacio tiempo de una sesión de juego, impregnando también otras facetas de la vida de la pareja.