ESMEHUSHED
(En el idioma original al terminar el relato en español)
Daniel
«Oh Dios, por favor no me dejes gritar, pero por favor Daniel, hazme querer». Este pensamiento no dejará de jugar en mi cabeza. ¿Alguna vez ha estado en una situación en la que no estaba seguro de cómo sucedió? Ahí era donde estaba yo, con el vestido subido hasta el trasero, inclinado y esperando ese primer golpe de él dentro de mí. Mi esposo y yo estábamos en esta típica fiesta ordinaria, haciendo cosas típicas. Frotarse los codos con extraños y amigos, pensando en cómo deberíamos haber inventado una excusa sobre por qué no pudimos venir. Extrañaba mi pijama y él extrañaba su pornografía, pensó que no sabía que estaba mirando. Luego, entró esta pareja, eran tan libres. La esposa era tan ágil y segura, garantía de que medía al menos 5Ǝ. Ya ni siquiera soy bisexual y sus tetas me hacían la boca agua, como los limones más alegres, libres de toda restricción y casi mostrando los pezones porque su vestido era de un corte en V tan profundo. Estaba casi hasta el suelo, pero con una hendidura tan alta que estaba seguro de que podía ver un labio si ella daba un paso lo suficientemente largo y, hombre, lo estaba esperando. Su esposo era tan deslumbrante como ella, con cabello negro y pequeños toques de gris en la sien. Podía sentirme mojándome con solo mirar su cuerpo de hombros anchos de 6Ɗ «y decidí que debería irme al baño pronto. En comparación con ella, me sentía como un tonto. De repente, mis diminutos 5 pies se sentían aún más cortos y mi diminuto vestido negro que mostraba Mis 32DDDs se sentían basura. Mis tacones de aguja de 6 pulgadas todavía no me hacían sentir ni la mitad de alto que ella y era dolorosamente consciente del hecho de que mi trasero había crecido 2 tallas desde que compré el vestido, incluso si todavía estaba rebotando en todos los Me sentí demasiado expuesto. Todavía estaba mirando a esta hermosa pareja cuando de repente vinieron caminando hacia mí. Sentí ganas de correr cuando se detuvieron a mi lado. El hombre le grita algo a mi esposo y es como si estuviera sordo, No puedo comprender por qué están hablando con nosotros. Salgo de mi niebla cuando me presentaron a Daniel y Pagan. Daniel era uno de los viejos compañeros de fútbol de mi marido y Pagan era su hermosa y excéntrica esposa bohemia. Durante la siguiente hora fantaseé con follar con uno de ellos, o con ambos, yo r Realmente desearía que mi esposo estuviera más interesado. Entonces, cuanto más bebíamos, más se volvía la conversación hacia el sexo. Comencé a escuchar historias que mi esposo nunca me había contado antes. Cuanto más hablaba Daniel de ello, más duro y excitado podía decir que mi marido se estaba poniendo y, sorprendentemente, Pagan también. Vi como sus pezones se tensaron y subieron. Vi los ojos de mi esposo dilatarse mientras la miraba y su polla saltaba en sus pantalones. Pude ver a Pagan mover sus piernas y supe que estaba frotando su clítoris con sus muslos. Estaba tan caliente que no pude soportarlo ni un segundo más. Me disculpé y fingí que iba al baño, pero en lugar de eso me metí en un dormitorio para masturbarme. Estuve acariciándome durante unos minutos cuando vi una sombra pasar por la puerta, luego otra. Me arrastré hacia la puerta justo cuando otra sombra se agachaba en mi habitación. Era Daniel, viendo a Pagan y … mi esposo. Podía verlos en una pequeña alcoba. Él estaba sobre ella. Sus tetas fueron arrancadas y brillando a la luz de la luna que entraba por la ventana. Bajó la boca para chuparlos y yo estaba celosa de él. Ella tenía sus manos bajo sus pantalones acariciando su polla y trabajaron frenéticamente para sacarlo. Su polla salió de sus pantalones y prácticamente pude sentir su alivio cuando la giró y empujó tan profundo como pudo, pero curiosamente pude sentir mi propio alivio … y el de Daniel. Mi esposo estaba bombeando su polla profundamente a la esposa de este hombre y aquí estaba mirando, FELIZ. De repente, comienza a sacar su propia polla y debo haber jadeado porque se dio la vuelta como un relámpago y me atrapó con los pantalones bajados, literalmente. Mis bragas estaban en el suelo. Su rabiosa polla estaba en su mano y nos quedamos allí, escuchando a nuestros seres queridos disfrutar el uno del otro. Fue entonces cuando empezó a caminar hacia mí. Se inclinó lentamente y me miró a los ojos. Luego me besó y sentí su polla en mi estómago, tan dura y cálida. Su mano se dirigió lentamente a mis pechos y bajó mi vestido lo suficiente para sacarlos y me dejó en shock cuando dijo que había estado mirándome toda la noche deseando poder hacer eso. Nos besamos y nos tocamos, volviéndonos más y más frenéticos cuanto más los escuchábamos hacer sus bajos ruidos de animales, y aquí es donde me encontraste. Daniel me tiene inclinada sobre la cómoda y puedo ver a mi marido perdido en el coño de otra mujer a través del espejo, pero apenas. Oh, Dios mío, Daniel se me acercó y puedo sentir que me estoy extendiendo. Es tan profundo y espeso que puedo volverme loco. Tiene su mano izquierda empujando hacia abajo en la parte baja de mi espalda y la derecha en mi hombro. Creo que puede romperme la espalda, pero amo cada estocada. Puedo sentir la madera en mis pezones y él me está llenando hasta reventar con cada golpe. No puedo decidir si estoy riendo o llorando ahora porque se siente tan bien. Estos ruidos ya ni siquiera me pertenecen. Oh Dios, sí, Daniel me acaba de decir que me va a llenar el coño. Creo que estoy babeando. Daniel y yo terminamos juntos y puedo sentir cada pequeño tirón de su polla mientras se vacía en mí. Besa mi hombro y nos apoyamos en la cómoda tratando de recuperar el aliento. Ahí es cuando escuchamos a alguien aclararse la garganta. Miro hacia arriba y encuentro la mirada de mi esposo en el espejo. Daniel todavía está dentro de mí y todos están congelados en su lugar. Entonces, de la nada, Pagan se agacha y acaricia la polla de mi marido a través de sus pantalones y veo que empieza a ponerse duro de nuevo. Él mira hacia abajo, luego me mira y de repente su expresión comienza a cambiar de un poco enojado a más y más traviesa. Daniel se acerca y toma mi pecho mientras mi esposo y Pagan entran en la habitación y cierran la puerta. «¿Hay espacio para dos más?», Pregunta mi esposo, y sé que acabamos de dar un paso hacia un futuro que ninguno de los dos había considerado antes.
Daniel
«Oh God, please don’t let me scream, but please Daniel, make me want to.» This thought won’t stop playing in my head. Have you ever been in a situation that you weren’t sure how it even happened? That was where I was at, with my dress pulled up over my ass, bent over and waiting for that first stroke of him inside me. My husband and I were at this typical run of the mill party, doing typical things. Rubbing elbows with strangers and friends, thinking about how we should’ve made an excuse about why we couldn’t come. I missed my pajamas and he missed his porn he thought I didn’t know he was watching. Then, in walked this couple, they were so free. The wife was so lithe and confident, guarantee she was at least 5Ǝ. I’m not even bisexual anymore and her tits made my mouth water, like the perkiest little lemons, free from all restraint and almost showing nipples because her dress was such a deep v cut. It was almost to the floor but with a slit so high I was certain I could see a lip if she took a long enough step and man I was watching for it. Her husband was just as stunning as her, with black hair and little hints of grey at the temple. I could feel myself getting wet just looking at his 6Ɗ» broad shouldered frame and decided I should slip off to the bathroom soon. Compared to her I felt like a frump. Suddenly my diminutive 5 feet felt even shorter and my tiny black dress that showed off my 32DDDs felt trashy. My 6 inch stilettos still didn’t make me feel half as tall as her and I was painfully aware of the fact my ass had grown 2 sizes since buying the dress, even if it was still bouncing in all the right ways I felt way too exposed. I was still staring at this beautiful pair when suddenly they came walking my way. I felt like running when they stopped right beside me. The man yells something at my husband and it’s like I’m deaf, I can’t comprehend why they’re talking to us. I come out of my fog to being introduced to Daniel and Pagan. Daniel was one of my husband’s old football buddies and Pagan was his beautifully eccentric bohemian wife. For the next hour I fantasized about fucking either one of them, or both, I really wish my husband was more interested. Then, the more we drank the more the conversation turned to sex. I started hearing stories my husband never told me before. The more Daniel talked about it the harder and more turned on I could tell my husband was getting and shockingly enough so was Pagan. I watched as her nipples tightened and rose. I watched my husband’s eyes dilate as he watched her and his cock was jumping in his pants. I could see Pagan shift her legs and I knew she was rubbing her clit with her thighs. I was so horny I couldn’t handle it for one more second. I excused myself and pretended I was going to the bathroom but instead ducked in to a bedroom to masturbate. I was stroking myself for a few minutes when I saw a shadow pass the door, then another one. I crept toward the door just as another shadow ducked in to my room. It was Daniel, watching Pagan and… my husband. I could see them in a little alcove. He was all over her. Her tits were pulled out and shining in the light of the moon coming in the window. He reached his mouth down to suck them and I was jealous of him. She had her hands down his pants stroking his cock and they worked frantically to get him out. His cock popped out of his pants and I could practically feel their relief when he turned her around and shoved as deep in her as he could get, but oddly enough I could feel my own relief…and Daniel’s. My husband was pumping his cock deep in to this man’s wife and here he was watching, HAPPILY. Suddenly, he starts to pull his own cock out and I must’ve gasped because he turned around like a flash and caught me with my pants down, literally. My panties were on the floor. His raging cock was in his hand and we just stood there, listening to our significant others enjoy each other. That’s when he started walking toward me. He bent down slowly and looked me in the eye. Then he kissed me and I felt his dick on my stomach, so hard and warm. His hand slowly made its way to my breasts and he pulled my dress down just enough to pull them out and he shocked the shit out of me when he says he’d been watching me all night wishing he could do that. We kissed and touched each other, getting more and more frantic the longer we heard them making their low animal noises, and this is where you found me. Daniel has me bent over the chest of drawers and I can see my husband lost in another woman’s pussy through the mirror, but barely. Oh my God, Daniel just slid in to me and I can feel myself spreading. It’s so deep and thick I may lose my mind. He has his left hand pushing down on the small of my back and his right on my shoulder. I think he may break my back but I love every thrust. I can feel the wood on my nipples and he’s filling me up to burstng with every stroke. I can’t decide if I’m laughing or crying now because it feels so good. These noises don’t even belong to me anymore. Oh God yes, Daniel just told me he’s going to fill my pussy up. I think I’m drooling. Daniel and I finish together and I can feel every single little jerk of his cock as he empties himself in me. He kisses my shoulder and we lean on the chest of drawers trying to catch our breath. That’s when we hear someone clear their throat. I look up and meet my husband’s gaze in the mirror. Daniel is still inside me and everyone is frozen in place. Then out of nowhere Pagan reaches down and strokes my husband’s dick through his pants and I see it start to get hard again. He looks down then looks up at me and suddenly his expression starts to change from a little bit angry to more and more mischievous. Daniel reaches around and cups my breast as my husband and Pagan take a step in to the room and shut the door. «Is there room for two more» my husband asks, and I know we’ve just taken a step in to a future neither of us ever considered before.
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