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Mariana y el Cazador

MARIANAYFERGDL Guadalajara, México

(Este relato fue escrito en español como su idioma original)

Mariana y el Cazador

Llevo 30 minutos esperando sola, mi marido siempre ha sido muy puntual, fue una de las cosas que me gustaron de él cuando lo conocí, pero la cita de hoy no es con Fer, si no con Leo. Acordamos vernos para desayunar, nos pareció más apropiado para no despertar sospechas, y es que ambos estamos casados. De pronto recibo otro mensaje — Discúlpame hermosa, en 15 minutos estoy ahí — mientras espero y como normalmente me sucede en las situaciones de la vida liberal, no puedo evitar pensar — ¡Qué demonios estoy haciendo!. Ahora les contaré cómo sucedió… Lo conocí durante una serie de conferencias organizadas por nuestra Universidad, Fer no pudo asistir. Leo me resultó físicamente atractivo desde un inicio, pero además, me cautivó de manera intelectual, se hizo evidente la química entre ambos. Lamentablemente el evento terminó y dejamos de vernos. Fer estuvo al tanto de mi admiración por Leo (profesionalmente) pero jamás le dije que me sintiera atraída, si no hasta una noche de pasión en que me preguntó si había fantaseado con alguien para un trío — jaja, debí haber disimulado un poco — rápidamente le contesté que Leo, él solo sonrió — ya sabía — me dijo. Días después recibí un mensaje de Leo, los mensajes fueron subiendo de tono poco a poco, hasta ese momento, él no sabía nada de nuestro estilo de vida así que decidimos que lo mejor sería hablar con él en persona, ya que no queríamos dejar constancia en mensajes escritos. …Y bueno, así fue como terminé aquí, sola, esperando a mi “aventura”. Leo va llegando, se disculpa y empezamos a conversar, cosas sin importancia sobre el clima, trafico, etc. hasta que por fin tocamos el tema de “nuestra aventura”, él toma aire, — listo para tratar de convencerme de continuar con esta locura— apenas va hablar cuando lo interrumpo… — Dime por favor Leo, ¿cuál es el motivo para que estés aquí en este momento? Sin meditarlo, respondió: — Me encantas, pienso en ti a cada segundo, me gusta saber de ti… y bla bla bla. Reiteré mi pregunta: — ¿dime que sucede en tu vida para que vengas hasta aquí? A lo que respondió: — años de monotonía, falta de afecto… Lo miré llena de valor y le dije: — ¿Sabes por qué me encuentro yo aquí, tan tranquila, compartiendo mesa contigo en un lugar público? porque nuestros casos son muy diferentes Yo soy una mujer feliz, amo a mi esposo tanto que él sabe en este momento que me encuentro aquí, contigo, sabe que me atraes, y sabe de los mensajes, nosotros dimos un giro a nuestro matrimonio con acuerdos en vez de terapias, donde ambos sabemos que es lo que queremos y hemos podido cumplir nuestras fantasías, y en este caso mi fantasía eres tú. Podrán imaginarse el cambio de expresión de Leo, que empalidecido pasó de ser cazador a presa, sintiéndose amenazado ante la nueva situación. Mientras le hablaba, su rostro cambiaba de colores, tragaba saliva discretamente, su inquietud y sus preguntas aumentaban con el calor de la charla. Le dije que este encuentro había sido con el fin de exponerle la situación, y si aceptaba, acordaríamos una segunda cita, donde más detalles se resolverán entre los 3 involucrados. Él lo meditó unos segundos y aceptó. Lamentablemente el COVID también arruinó nuestra aventura dejamos de tener comunicación e incluso perdimos interés, simplemente quedó descartada la fantasía… o eso creíamos. Llegó mi cumpleaños, Fer me invitó a cenar y decidí que fuéramos al restaurante en el que desayuné con Leo, estábamos listos para el festejo, conseguimos niñera para no tener pendiente del horario, y Fer rentó una habitación con jacuzzi para pasar la noche después de cenar. Yo llevaba puesto un vestido negro con un super escote, Fer me propuso tomarme una foto y enviársela a Leo, se la envié e inmediatamente me contestó — Wow qué hermosa, saludos a ambos, justo ando en la ciudad, me encantaría haberlos acompañado — era temprano, habíamos decidido cenar a esa hora para tener más tiempo de jugar en la habitación le pregunté a Fer si le gustaría que lo invitáramos a cenar, de inmediato aceptó. Acordamos ver a Leo en un bar, charlamos y tomamos varias copas, noté que había buena química entre ellos, por lo que la charla fluyó naturalmente, curiosamente jamás se tocó el tema de la aventura ni nada de índole sexual, parecía una charla casual entre tres viejos amigos, de pronto llega el mesero y nos indica que debido a la contingencia, el bar cierra a las 23:00 hrs, sinceramente nos la estábamos pasando excelente, no queríamos que la noche terminara. Veo a Fer revisando sus mensajes y me dice —pregúntale a tu mamá si podrá cuidarnos más tiempo a los niños, para saber si podemos seguirla en algún lugar — lo cual era una incoherencia, ese día habíamos contratado a una niñera, revisé mi celular y había un mensaje de él que decía — a mi me cayó bien, si aún lo deseas, lo invitamos al Hotel —. Debo decir que no estaba preparada para eso, me quedé en shock unos momentos, me levanto de la mesa con la excusa de ir al baño, lo medito unos momentos y llego a la conclusión de que no hay mucho qué pensar, él me encanta, mi esposo está de acuerdo y bueno, era mi cumpleaños así que tenía que festejarlo. Fer se lo propuso sin rodeos, Leo aceptó sin pensarlo siquiera, pero con mucha pena le preguntó algo a Fer que nos hizo reír a todos — ¿el trío solo implica que yo interactúe con Mariana o también contigo? — después de recobrar el aliento, Fer le aclaró que es 100 hetero y que no se preocupara. Llegamos al hotel, como dije antes nosotros ya habíamos tenido varias experiencias en grupo así que en teoría ya sabíamos cómo proceder, pero no fue así, vi a Fer un poco nervioso, no encontraba su lugar y Leo ni se diga, no quería ni sentarse, ahí supe que la que tenía que actuar era yo — hombres — me acerqué a Leo y lo besé en la boca, al cabo de algunos besos comenzó a acariciarme tímidamente, poco a poco fuimos dejándonos llevar, mi vestido era solo un pedazo de tela, así que cayó fácilmente, y más tardó en caer cuando ambos ya estábamos desnudos, me acostó en la cama y me fue besando de los pies a la cabeza, tal como dijo que lo haría en uno de sus mensajes, volvió a bajar para besarme entre las piernas y ahí se quedó, hasta que yo misma le pedí que se detuviera, ya no podía más, quería tenerlo dentro. Perdí la cuenta de los orgasmos que tuve antes de recordar que Fer también estaba en la habitación, él siempre ha disfrutado observándome, verme extasiada llegando al clímax, así que tampoco se la estaba pasando mal, pero ya quería tenerlo conmigo, lo invité a acercarse después de eso, no recuerdo en qué posiciones estuvimos o cuantos orgasmos tuvimos juntos, ellos se turnaban para preparar tragos e hidratarse, yo, simplemente me dejaba llevar. Al final, ya no pudimos más, nos quedamos ahí acostados los tres, ambos seguían acariciándome, pero por ahora, nuestro deseo había sido saciado, la fantasía cumplida. Leo se vistió, Fer y yo nos pusimos las batas, compartimos un último trago de tequila y nos despedimos como tres amigos que acaban de compartir una deliciosa cena.


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