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Asi fue el Inicio

SEXYWIFRE Sunny Isles, Florida, USA

(Este relato fue escrito en español como su idioma original)

Asi fue el Inicio

Así fue el inicio Comenzamos el relato de nuestras vivencias con el ánimo de dejar plasmadas las mismas. Somos una pareja de la Ciudad de México. Nos conocimos en marzo de 1995, ella jovencita en ese tiempo y desde entonces hemos ido evolucionando sexual y afectivamente hasta el día de hoy. Ella, Monique, tiene hoy 47 años, chaparrita de 1.51 de altura, y delgada pues solo pesa 49 kg, con unas curvas de escándalo. Yo tengo hoy 54 años, realmente soy muy alto y pesado para ella pues mido 1.82, y peso 90 kg, pero eso no nos ha impedido que nuestra vida sexual sea demasiado activa. Siempre me sentí atraído por los juegos en tríos sexuales y siempre he estado abierto a experimentar desde muy jovencito. Ella siempre ha sido una mujer muy activa sexualmente y también le ha gustado experimentar. Como se suele decir, se juntó el hambre con las ganas de comer. Hemos hecho tríos, intercambio de parejas y juegos tipo BDSM, estos últimos solo entre nosotros. Últimamente hemos ido evolucionando hacia el rol cornudo-zorra. Entendiendo este juego desde el respeto entre las personas que lo practican, y quitando del mismo la sensación de humillación del cornudo, pues es algo que no buscamos, pero en parte si deseamos. Hemos sido muy activos en varias redes sociales buscando candidatos/as con los que llevar a cabo nuestros juegos. Fruto de ello, Monique había conocido a un chico jovencito que actualmente tiene 25 años por el que siente una fuerte atracción, es un chico de 1.82 de altura con un cuerpo escultural y una buena verga. La relación con este chico ha sido siempre virtual y con masturbaciones de ambos por webcam desde hace 3 años, pero nunca habían tenido contacto físico. Era el elegido para una fantasía que nos rondaba la cabeza desde hacía tiempo y como prueba a esta fase de nuestra relación en la que ella se convertía en una zorra devoradora de hombres y yo en un cornudo mirón. El juego consistía en que ella me dejaría desnudo, vendado y atado a la cama mientras iba a conocerlo. Luego, se lo traería a casa y cogerían a mi lado. Habíamos quedado para el viernes 29 de octubre y se podrán imaginar que esos días no dejamos de fantasear con ello y coger y masturbarnos varias veces. Lamentablemente, el lunes antes por la mañana el chico le dice que tiene un compromiso familiar y que será imposible quedar el viernes. Había que posponerlo. Eso nos creó una gran desilusión por las ganas que tenía Monique de comerse ese yogurín. Nos dio bajón, pero en la tarde del mismo lunes le hablé a su trabajo y para levantarle el ánimo le dije que podíamos probar otras cosas. Yo el jueves tenía una reunión de trabajo, por la que llegaría a casa tarde, no antes de las 10:30 de la noche. Ella ese día no trabajaba y le propuse otro juego. Llegar a casa y “pescarla” cogiendo con un desconocido en nuestra cama. A ella se le iluminaron sus ojos y vi la mirada de puta que tanto me gusta. Sólo teníamos que buscar el posible candidato. Me pidió que buscara en internet uno y así lo hice. Ese mismo lunes escribí a varios chicos de nuestra zona de las plataformas que solemos utilizar para ello. Nos contestaron varios, pero pronto encaminamos nuestra elección hacia un chico extranjero que vivía en Cuernavaca de 40 años, de casi 2 metros de altura y buen cuerpo y lo mejor es que tenía experiencia en el juego de zorra-cornudo, pero el nunca lo comentó pues nunca le dijo Monique a el nuestro plan de que yo los sorprendería. Monique estuvo whatsappeando con él y calentándose al mismo tiempo, ella jamás menciono mi nombre y el no salía de mí, pensaba que ella era una mujer madura y sola. Concertaron la cita para el jueves a las 9:30 pm. Yo tendría que llegar a casa a las 10:30 y sorprenderles, pues el no sabía que ella y yo estábamos casados. Estuvimos fantaseando con ello y calentándonos. Ella decidió que no cogería conmigo hasta el jueves con el chico, quería llegar con ganas. Monique me hacía a mí una y hasta dos chaquetas por las noches en la cama hablando de ello, no me la quería mamar pues eso la calentaba y terminaría cogiendo conmigo. Llegó el día y los nervios en el estómago eran muy fuertes. Esa sensación de que sabes que va a pasar algo muy excitante y que no te deja concentrarte en todo el día. Llegó la hora y ella me manda un par de fotos para que vea cómo va vestida. Una blusa semitransparente negra, chaqueta corta por el frio, pero con minifalda. Zapato de tacón muy alto a petición del chico, pelo suelto y maquillada ligeramente, pero con labios extremadamente rojos. Estaba guapísima y sexy. Lista para “matar”. Yo no podía hacer otra cosa que mirar el teléfono para saber… Por suerte, la reunión finalizó antes de lo previsto y también por suerte conseguí estacionar el coche enfrente del portón de nuestra casa. Nuestro coche tiene entintados los cristales traseros, por lo que puedes ver, pero nadie te ve. Eran las 22:00 y estaba estacionado y sentado en la parte de atrás del coche, esperando. Miraba el teléfono con nerviosismo cada 10 segundos, me acariciaba la verga de vez en cuando, la cual estaba ya dura y gruesa. A las 22:15 me llega un WhatsApp muy escueto: vamos para casa. Por lo visto la cita iba bien y me iba a hacer cornudo. Los veo venir a los dos tomados de la mano caminando por la calle, vienen charlando como dos amigos y no se percatan de mi presencia. A las 22:25 me vuelve a llegar otro mensaje: ya estamos en casa, dame 15 minutos. A las 22:30 me llega una foto. Se le ve a ella chupándole la verga al chico. Yo estoy excitadísimo y no hago otra cosa que mirar el reloj esperando que llegue el momento de entrar. Dan las 22:45 y me dirijo a la puerta de nuestra casa. Entro y subo las escaleras al primer piso con muchos nervios y me detengo en la puerta de entrada de la recamara y me pongo a escuchar. Oigo los gemidos de Monique a través del pasillo e imagino que ya se la está cogiendo. Recorro despacito el pasillo tratando de hacer poco ruido, me asomo a nuestra recamara y observo cómo ella está tumbada encima de la cama abierta de piernas y él arrodillado en el suelo comiéndole la panocha. Ella me mira, pero siguen en lo suyo, el ni cuenta se ha dado que estoy detrás de el. Ella grita: – Mi marido. El brinca levantándose de prisa, nunca se imaginó que estaba casada, menos que yo llegaría, se incorporó y se me quedó mirando, seguramente vio que tenía un bulto enorme debajo del pantalón y como yo no dije nada, creo que tomó confianza. Ella le pide que se acerque y me dice: – Eres un cornudo, mira lo que tiene entre sus piernas, tu no tienes ni la mitad, asi que cariño párate al lado de la cama y observa lo que éste macho le va a hacer a tu mujercita. Veo una verga increíble, más de 20 cm y muy muy gruesa. La cara de puta que me pone hace que me estremezca. Se la agarra, se sienta en la cama y lo jala hacia si y empieza a chupársela. Nunca había sentido esto, en mi cabeza giraron mil ideas, repentinamente me dieron muchas ganas de ayudarla a chupar ese enorme garrote, pero este chico siempre dijo que es heterosexual y no es el juego que pensé el podía querer, incluso yo también siempre he sido heterosexual pero las ganas me invadieron, pienso que Monique me vio babear sacando la lengua con ganas de yo chupársela. Ella con esa cara de puta seguramente lo imaginó lo jala hacia ella le da la lengua en su boca y luego de ese beso, ella se acerca al oído de el y algo le dice, después me ordena: – Híncate al piso, cómele la verga para ponérsela bien dura, porque me lo voy a coger ahora delante de ti. Veo su rostro el no dice nada, de hecho, cuando me agacho el chico me da un tirón obligándome a quedar de rodillas sobre el piso, me jala de la cabeza y mete su garrote en mi boca, sentí que me ahogaba cuando en sosteniendo mi cabeza duramente en movimientos de mete y saca de mi boca decide cogerme asi, después se detuvo y el mismo me ordenó: – Pásame la lengua por todo el garrote y mete tus huevos en tu boca, lámelos todos. El chico me saca la verga de la boca y le pide a Monique que se tumbe en la cama boca arriba, se pone el condón, le toma las piernas de los tobillos los pones sobre sus hombres dejando expuesta toda la panocha de mi esposa y de un empujón le entra casi toda, estaba ella tan babeante de la panocha que entro suavecita, asi estuvo por varios minutos cogiéndosela y yo aun hincado junto a la cama observando. Luego se la saca, el se pone boca arriba y ella se le trapa encima y empieza a cabalgarlo. Lo está sintiendo y disfrutando como solo ella sabe hacerlo. En esa postura se viene siempre bastante fuerte y abundante son dos o tres veces en solo un par de minutos. Es increíble que sea capaz de tragarse todo ese enorme garrote, largo y grueso. Ella me mira, yo la miro, veo lo puta que es y como lo está gozando, me da mucho morbo y a ella también, me levante y me desnudé, pero nunca imagine lo que de su boca saldría. – No te quiero aquí enfrente de mi, salte de la recamara. Yo me quedé estupefacto, como niño regañado me he salido de la habitación y observo desde fuera cómo mi hembra disfruta y goza. Mi verga está dura como una piedra y a veces, tengo que dejar de tocármela porque si no me derramaría y quiero reservarme para cuando ella y el chico me autoricen pasar. Cambian varias veces de postura y ella encadena varios orgasmos unos detrás de otros. Después de un buen rato descansan un poco. Él no se ha venido y comenta que le suele costar bastante terminar. Ella empieza a chupársela y a intentar introducirse todo su garrote en la boca. Él empieza a cogérsela por la boca provocando que ella se atragante varias veces. Pero le encanta. Mientras lo hace, ella saca del cajón del buro un vibrador y está masturbándose apoyando el vibrador sobre su clítoris. Se retuerce de placer mientras se la chupa y está a punto de llegar varias veces al orgasmo. Al final el chico le dice que está a punto de correrse y que dónde quiere que lo haga. Ella le pide que se le eche la leche sobre sus tetas, y así lo hace, wow, que bruto con una gran eyaculada la baña no solamente por todas las tetas, sino que alcanza su cuello y su vientre. Ella se restriega la leche por sus tetas, me observa parado en la puerta y me dice: – Ven aquí, estoy sucia, lame toda esta leche y quítamela del cuerpo. Me quedé idiota, nunca había yo imaginado algo así, dude en entrar y hacerlo, pero ella grito: – ¿Que… no escuchaste? ven a limpiarme con tu lengua. Entre como un fiel corderito, me puse sobre la cama en 4 y le quité la leche de las tetas, el vientre, el cuello y todos donde había escurrido. Oh Dios, no puede ser sentí espanto, yo en 4 lamiendo la leche del chico del cuerpo de mi esposa y unos brazos fuertes me toman y me jalan de la cintura y siento en el ojete de mi culo la verga del chico presionándome, no puede ser, yo vi como derramó tanta leche como para volver a tenerla firme y dura. La zorra de mi mujer tenía la boca abierta, pero vi en su cara la malicia sexual que la caracteriza cuando jugábamos en ocasiones al BDSM y por mi mente pasó el acontecimiento en que una vez yo amarrado ella me cogió con un enorme consolador que tenía agarrado de su cintura. Estiró su mano, siempre en el buró tiene una crema a base de aceites para hidratar sus manos, se la ofreció al chico y le dijo que se la pusiera en la punta del condón y en el ojete de mi culo, me quise quitar y ella me ordeno: – No te atrevas a moverte, quédate asi como estas. No pude moverme, el morbo de lo que estaba por pasar pudo más que el miedo que yo tenía, ella puso bastante crema en sus dedos y los metió en mi culo, por el espejo del tocador pude ver como también le embarró más crema al condón que enfundaba esa enorme verga, nuevamente dura pero yo creo que por haber derramado tanta leche no estaba tan enorme como hacía un rato en que esa verga se cogía a mi esposa, vi como ella tomo ese garrote, lo puso en el ojete de mi culo esa entrada pequeña y oscura y le dijo al chico que empujara muy despacio, que era mi primera vez. No aguante el primer empujón, quise saltar para adelante, pero me tenía agarrado tan fuerte con sus enormes brazos que no pude hacerlo, se detuvo. Espero unos 30 segundo y volvió a empujar, volvió a detenerse y volvió a empujar no fueron más de 2 minutos yo la tenía hasta adentro, sus huevos chocaron con mi culo y ella le dijo: – Ya está toda dentro, cógetelo a tu gusto El empezó lentamente, seguía teniéndome fuertemente sostenido, Monique, mi esposa estaba parada y tenia de nuevo el vibrador sobre su clítoris observando como a su cornudo un total desconocido se lo estaba cogiendo, pero algo pensó mi esposa, tomo una liga de cabello que siempre usa para dormir, la doblo en 3 y asi tan apretada la puso entre mis huevos y la base de mi verga, sentí dolor, pero no dije nada, sabía que desaparecería en segundos. La penetración en mi culo me dolió, chillé, pero le tomé gusto y unos minutos después yo mismo movía mis caderas hacia atrás buscando el encuentro y la penetración completa de esa enorme verga dentro de mi culo. 10 minutos después tenía yo una convulsión de orgasmos sin poder eyacular, eran orgasmos verdaderos, sentía que me venía pero no salía leche, siguieron por otros 10 minutos y el seguía ferozmente cogiéndome por el culo hasta que sintió que iba a terminar, la saco de mi culo se quitó el condón y explotó en la puerta de mi boca trague lo que puse y escurrió lo demás, ene se momento la puta de mi esposa que ya había tenido varios orgasmos viendo toda esa escena me quito la liga y termine a borbotones sobre su mano, que solo se llevó a la boca y se limitó a decir: – Ahora si eres un verdadero cornudo Exhaustos descansan un rato en la cama y hablamos un buen rato los tres. Son las 12:30 de la mañana, él chico decide marcharse, ya que madruga al día siguiente. En cuanto se marcha, ella y yo nos besamos apasionadamente. Yo le comienzo a lamer los pechos aún con sabor del semen del chico. Mi verga se pone dura de nuevo, dura, muy dura, y ella decide cabalgarme a la vez que se masturba con su vibrador. En poco tiempo llegamos a un orgasmo bestial los dos a la vez. Ella se va a la ducha y regresa. Es tarde y estamos rendidos, pero me mira y ve que s eme levanta de nuevo, me pregunta: ¿Y, eso? nunca estas listo por una tercera vez. Mi verga estaba otra vez dura por la excitación que me produjo sentir un dolor en mi culo y recordar la causa de ese dolor. Para nosotros esta experiencia ha sido romper barreras mentales. El que ella llegara a solas a casa con alguien ha sido superar sus miedos y evolucionar como pareja. Ambos estamos contentos de cómo ha ido y seguro que seguiremos experimentando y disfrutando, seguramente ella me pedirá que vuelva yo a sentir otra verga dentro de mi después de ella habérselo comido primero, yo no me negaré.


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