COUPLE7677
(Este relato fue escrito en español como su idioma original)
Pequeña caravana
«Qué chico tan encantador», dijo. Me quedé sorprendido. «¿Cuál?». «Oh, ya sabes, el chico de los ojos azulados y la sonrisa sutil» dijo con una expresión soñadora. Caminamos desde el bosque hasta nuestro campamento. No había notado nada especial en el chico, pero ahora que lo pensaba, podía imaginarla encantada por su agradable conversación y su comportamiento confiado. Empecé a cocinar algo de cena y vi que su mente divagaba cada pocos minutos. Estaba claro que había sido alcanzada por un rayo y si ella hubiera tenido dieciséis, probablemente se habría convertido en su amor navideño. Habíamos estado acampando con nuestros hijos en las montañas durante casi dos semanas. Durante el día el sol brillaba y nos poníamos la menor cantidad de ropa posible. Sus altas piernas y su piel bronceada le estaban dando muchas miradas secretas. Por las tardes hacía mucho frío. A causa del frío, todos nos acostamos temprano y cuando los niños dormían, hacíamos el amor tranquilamente en nuestra propia carpa. Fue maravilloso sentir su piel desnuda en nuestro saco de dormir. Nada de sexo pervertido, solo algunos abrazos que eventualmente la llevarían a montarme con suaves gemidos. Cuando ambos llegábamos, nos dormíamos abrazados. Esta noche fue diferente. Aunque sus manos recorrieron mi cuerpo como la noche anterior, su mente no estaba aquí. Sonreí para mí mismo porque estaba claro que ella estaba pensando en este otro chico. Su cuerpo probablemente anhelaba su cuerpo. Me sentí excitado por la idea. Estaba bastante seguro de que no la perdería permanentemente por un enamoramiento veraniego al azar para poder disfrutar de la fantasía de que este extraño la follara sin sentido. Hoy habían llegado tres chicos. Iban a pie. Cada uno con una mochila enorme. Al parecer, el propietario del camping ofreció una pequeña caravana en alquiler para mochileros. Estaba bastante aislado en el bosque y uno de los chicos había decidido alquilar la cosa mientras sus dos amigos se quedaban en sus pequeñas tiendas en el campamento ‘oficial’. Había organizado una estancia VIP para él. El pensamiento me golpeó. Era un nido de amor totalmente aislado. «¿Qué tienes en mente?» Me volví hacia mi esposa y traté de ver su rostro en la oscuridad. «Oh, estaba pensando en el chico», dijo. «Si soy honesta, he estado pensando constantemente en él desde que me miró. No puedo evitarlo. Lo siento cariño. Espero no hacerte daño». «No, está bien», respondí, «No me siento amenazado o herido. Solo dímelo. ¿Qué harías si todo lo que harías estuviera totalmente bien? Si no hubiera vergüenza o culpa o algo así. ¿ese?» Ella se quedó callada un rato y luego susurró: «Probablemente iría a su pequeña caravana. Llame a su puerta y dígale que esta noche, él podría hacer cualquier cosa conmigo». «Bueno», le respondí «tal vez deberías». «Tal vez deberia».
Little caravan
«What a charming guy» she said. I looked surprised. «Which one?». «Oh, you know, the guy with the blueish eyes and the subtle smile» she said with a dreamy expression. We walked from the forrest to our campsite. I hadn’t noticed anything special about the guy, but now I thought about it, I could imagine her being charmed by his pleasant conversation and confident demeanor. I started cooking some dinner and I saw her mind was wandering every few minutes. It was clear she had been struck by lightning and if she had been sixteen, he would probably have become her holiday love. We had been camping with our kids in the mountains for almost two weeks. During the day the sun was blazing and we would wear as few clothes as possible. Her tall legs and tanned skin were getting her a lot of secret glances. In the evenings it would get terribly cold. Because of the cold we would all go to bed early and when the kids where asleep we would quietly make love in our own little tent. It was wonderful to feel her naked skin in our sleeping bag. No kinky sex, but just some cuddling that would eventually lead to her riding me with soft moans. When we both had come, we would fall asleep wrapped around each other. This evening it was different. Although her hands went over my body like the night before, her mind was not here. I smiled to myself because it was clear that she was thinking of this other guy. Her body was probably craving for his body. I felt aroused by the idea. I was pretty sure I wouldn’t permanently loose her to some random summer crush so I could enjoy the fantasy of her being shagged senseless by this stranger. Today, three guys had arrived. They were on foot. Each wearing a huge backpack. Apparently the campsite owner offered a small caravan for rent for backpackers. It stood pretty isolated in the woods and one of the guys had decided to rent the thing while his two friends would stay in their tiny tents on the ‘official’ campsite. He had arranged a VIP stay for himself. The thought struck me. It was a totally isolated love nest. «Whats on your mind?» I turned over to my wife and tried to see her face in the dark. «Oh, I was thinking about the guy» she said. «If I’m honest, I have constantly been thinking about him since he looked at me. I can’t help myself. I’m sorry dear. I hope I’m not hurting you.» «No, it is fine» I responded, «I don’t feel threatened or hurt. Just tell me. What would you do if everything you’d do would be totally okay? If there would be no shame or guilt or anything like that?» She was quiet for some time and then whispered: «I would probably go to his little caravan. Knock on his door and tell him that tonight, he could do anything with me». «Well» I responded «maybe you should». «Maybe I should».
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