WAYNENSUE Clearwater, Florida, USA
(En el idioma original al terminar el relato en español)
Una noche afuera para mi HotWife
Ya han pasado años, pero todavía lo pienso. Ella estaba nerviosa. Podía verlo en la forma en que se retorcía las manos, aunque apenas podía mantener mis ojos en eso. Su minivestido marrón era lo suficientemente largo como para no mostrar la piel desnuda en la horquilla de sus muslos, sus piernas tan largas y bien formadas, las pantorrillas flexionadas mientras se paraba en tacones de diez centímetros. Los ojos azules mostraban emoción, brillantes contra su piel pálida enmarcada por cabello rubio fresa. Ella era hermosa como siempre. «¿A dónde crees que debería ir?» Sonreí ante la pregunta, la acerqué a mí mientras estábamos en el corredor delantero bajo el resplandor de un sol poniente. Hice una lista de algunas barras cercanas mientras mis dedos se deslizaban hacia arriba y debajo del vestido para acariciar la piel apenas oculta. Sus manos estaban ahora en mi pecho. «¿Crees que encontraré a alguien que realmente quiera jugar?» Mi sonrisa se convirtió en una risita. Por supuesto que lo haría. ¿Quién podría resistirse a ella? Mis dedos trazaron el dobladillo de su vestido hasta que estuvieron entre nosotros. Podía sentir su humedad, su calidez, cuando comencé a decirle lo que probablemente encontraría. ¿Sin bragas en un bar y te ves como tú? Podría ser un chico, tal vez más. Podrían estar peleando por ti. Continué describiendo la imagen en mis pensamientos, más de una, mientras mis dedos la llevaban a un borde obvio. Observé cómo los nervios desaparecían y algo más ocupaba su lugar, algo que demostraría ser mucho más agradable. Horas después. Un texto que decía que la mayoría de las barras estaban básicamente vacías. Respondí mientras yacía en la cama, exhausto por la jornada laboral e increíblemente excitado por lo que podría suceder, aunque me preguntaba si la falta de perspectivas la conduciría a un momento menos emocionante para ella. Probaría en un lugar más. Le deseé suerte, me relajé y me di cuenta de lo cerca que estaba de dormir a pesar de mi propia emoción. Un toque, urgente en la noche, me despertó. Ella estaba allí, en la cama conmigo, su piel enrojecida y esos ojos azules tan vivos. Su mano sobre mí, sus muslos sobre los míos. No estaba seguro de cuánto tiempo había estado allí, pero fue suficiente para despertar la parte de mí que se deslizaba contra los pliegues de su calor. Hablaba mientras yo sentía esa sensación demasiado familiar de estar dentro de ella. Mientras sus caderas se movían, me contó lo que pasó en ese último bar. Comenzó pidiendo una última copa para terminar la noche. Había gente dando vueltas, algunos bailando y riendo mientras otros se quedaban mirando a la multitud. Estaba hacia la parte de atrás de la barra cuando un chico más joven se acercó a ella para pedir su propia bebida. Intentó entablar conversación. No era un tacto increíblemente interesante, pero le gustó la forma en que se veía, cómo su cuerpo mostraba signos de horas pasadas en el gimnasio. Pronto un amigo suyo estaba al otro lado de ella, los tres hablando. No estaba segura de cómo sucedió, pero los dos hombres se acercaron a ella, uno repitiendo acciones que mis propias manos habían estado realizando antes esa noche. Se dio cuenta de que ella no llevaba bragas y pronto sus piernas se abrieron un poco, dejándolo tocarla. Otro momento y la amiga estaba haciendo lo mismo detrás de ella, el vestido subiendo para que cualquiera pudiera ver lo que estaba pasando y algunos probablemente notaron que la mujer puramente sexy dejaba que dos hombres la tocaran de manera tan pública y agresiva. Sus manos también estaban ocupadas, tocando los bultos que crecían debajo de sus pantalones, apretando cada uno a tiempo con los dedos en duelo que la acercaban tanto al orgasmo. ¿Viniste? '', Le pregunté mientras mis propias manos comenzaban a empujar sus caderas aún más fuerte que antes contra mí. Ella sacudió su cabeza. Tan cerca, pero se peleaban demasiado entre sí. Los hombres sabían lo que querían, pero no tenían idea de cómo trabajar juntos hacia ese objetivo común. Ella pensó que podría haber hecho que uno de ellos arruinara sus pantalones mientras jugaban, pero no podía estar segura. Me montó, hablando de lo sexy que era, de lo cerca que había estado de llevar a uno de ellos al auto, al baño, dejándolos hacer lo que quisieran con ella. "¿Por qué no lo hiciste?", Le pregunté, sintiendo que sus músculos me agarraban de la manera que me decía que acababa de sentir la liberación una vez más. Ella no podía hablar, solo podía moverse contra mí más rápido. La ayudé desde debajo de ella, la toqué, tiré y torcí sus pezones. Cuando volvió a hablar, lo entendí. 'Esto. ¡Oh, Dios, esto! Los había dejado allí, más excitados de lo que hubiera esperado ante la idea de dejar a ambos hombres deseando. Mientras yacíamos allí, agotados y satisfechos, tuve que preguntar. ¿Lo harás de nuevo? » No lo sé, pero uno de ellos deslizó su tarjeta en mi bolso.
A Night Out For My HotWife
Its been years ago now, but I still think of it. She was nervous. I could see it in the way she wrung her hands together, though I could barely keep my eyes on just that. Her brown mini-dress was just long enough not to show the bare skin at the fork of her thighs, her legs so long and shapely, calves flexing as she stood in four-inch heels. Blue eyes showed excitement, bright against her pale skin framed by strawberry blonde hair. She was gorgeous as she always is. Where do you think I should go? I grinned at the question, pulled her to me as we stood on the front breezeway in the glow of a setting sun. I listed off a few close bars as my fingers slipped up and under the dress to caress barely hidden skin. Her hands were on my chest now. Do you think Ill find anyone who really wants to play? My grin turned into a chuckle. Of course she would. Who could possibly resist her. My fingers traced the hemline of her dress until they were between us. I could feel her wetness, her warmth, as I began to tell her what shed likely find. No panties at a bar and looking like you do? It could be one guy, maybe more. They might be fighting over you. I continued to describe the image in my thoughts, far more than one, as my fingers brought her to an obvious edge. I watched as the nerves disappeared and something else took their place, something that would prove to be far more enjoyable. Hours later. A text that said most of the bars were basically empty. I replied as I lay in bed, both exhausted from the workday and incredibly aroused at what might happen, though I did wonder if the lack of prospects would lead to a less exciting time for her. She would try one more place. I wished her luck, laid back, realized how close to sleep I was despite my own excitement. A touch, urgent in the night, woke me. She was there, in bed with me, her skin flushed and those blue eyes so alive. Her hand on me, her thighs over mine. I wasnt sure how long shed been there, but it was long enough to wake the part of me she was sliding against the folds of her warmth. She was talking as I felt that all too familiar sensation of being inside of her. As her hips moved she told me what happened at that last bar. It started with ordering a last drink to finish the night. There were people milling about, some dancing and laughing while others just stood watching the crowd. She was toward the back of the bar when a younger guy moved beside her to order his own drink. He tried making conversation. It wasnt an incredibly interesting tact, but she liked the way he looked, how his body showed signs of hours spent at the gym. Soon a friend of his was at her other side, the three of them talking. She wasnt sure how it happened, but the two men moved closer to her, one repeating actions that my own hands had been performing earlier in the night. He realized that she wasnt wearing panties and soon her legs were spreading just slightly, letting him touch her. Another moment and the friend was doing the same from behind her, the dress raising so that anyone could see what was going on and a few probably did notice the purely sexy woman letting two men touch her so publicly and so aggressively. Her hands were busy as well, touching the growing bulges beneath their pants, squeezing each in time with the dueling fingers that kept bringing her so close to orgasm. Did you come? I asked as my own hands began to drive her hips even harder than before against me. She shook her head. So close, but they were fumbling against one another too much. The men knew what they wanted, but had no idea how to work together toward that common goal. She thought she might have made one of them ruin his pants as they played, but couldnt be sure. She rode me, talking about how sexy it was, how close shed been to taking one of them to the car, to the bathroom, letting them do whatever they wanted with her. Why didnt you? I asked, feeling her muscles grip me in the way that told me shed just felt release once again. She couldnt speak, could only move against me faster. I helped from below her, touched her, pulled and twisted at her nipples. When she spoke again, I understood. This. Oh God, this! Shed left them there, more turned on than she would have expected at the idea of leaving both men wanting. As we lay there, spent and satisfied, I had to ask. Will you do it again? I dont know, but one of them slipped his card into my purse.
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