La sexualidad es el conjunto de condiciones que caracterizan la actividad sexual de cada persona. Sexo, una palabra que esconde tras de sí tanto poder como misterio. Desde los albores de la humanidad el sexo ha pasado de ser un mecanismo de preservación y procreación del ser humano hasta convertirse en lo que es hoy: un conjunto de fenómenos emocionales, de conducta y de prácticas asociadas por la búsqueda de la emoción sexual, que marca de manera decisiva al ser humano en su expresión por los instintos y deseos carnales en todas y cada una de las fases determinantes de su desarrollo sexual, por excelencia.
Estrambótico, casual, perfecto, o en palabras de Woody Allen la cosa más divertida que se puede hacer sin reír, y es que la sexualidad funciona de forma diferente para cada persona, cada cabeza es un mundo y en esos mundos el sexo aflora y evoluciona cada minuto que pasa.
¿Pero qué hay de un mundo en donde el control y el placer se conjugan de forma perfecta para ofrecer una experiencia única en la vida? Ese mundo existe, y su nombre dentro del BDSM es Sexualidad Controlada.
Dentro de la Sexualidad Controlada podemos decir que hay un gran control del orgasmo por parte del Dominante al sumiso para ejercer su control total y completo sobre su excitación sexual; control del cual no debemos creer que es únicamente un control sobre como saber en qué momento exactamente va a eyacular el sumiso hombre o tener su orgasmo la sumisa mujer y de qué forma va a hacerlo. No. El control del que hablamos es un control que implica una mezcla de dominación física y de dominación mental. Gracias a ello podremos retardar esa gratificación y ese alivio que, en cualquier caso, es siempre el orgasmo para la persona sexualmente excitada.
En la forma más simple, la parte Dominante puede ir dando indicaciones al sumisa hasta llevarlo al orgasmo. En el BDSM no hay límites, así que para darle más intensidad a este fetiche, se puede combinar con la inmovilización ya sea parcial o completa del sumiso. El método lo elige el Dominante, atar a la silla, la cama u otra parte del mobiliario al sumiso puede ser perfecto, el tipo de atadura y los distintos tipos de cuerda o materiales utilizados pueden ponerle más picante a esta práctica del control de la sexualidad.
Una Dominatrix puede colocar dentro de una jaula el pene de su sumiso, mientras ella lo provoca sexualmente de manera de humillación, el no podrá tener una erección como tal, también una buena Dominatrix sabrá cuando quitar la jaula y causar en su jugueteo una erección controlada de su sumiso y su nivel de excitación sometiendo a sus genitales a una felación, a breves períodos de penetración vaginal y a las distintas sensaciones que pueden proporcionar la infinidad de juguetes sexuales que existen en el mercado. Así que la Dominatrix tendrá su premio cuando la eyaculación acompañada de un fuerte orgasmo; porque deben saber que un hombre también puede tener orgasmo antes, durante y después de su eyaculación; le venga al sumiso, ella verá lo que es un estallido de potencia y alivio al sumiso. Si el deseo de la Dominatrix es permanecer limpia deberá alejarse y mantente lejos de ese estallido. Pero puede ser que, por el contrario, la Dominatrix se sienta deseada y bendecida por esa lluvia de semen que como magnifica Dominatrix se encargó de retardar, entonces que se pare firme frente al sumiso porque la lluvia llegará torrencial con fuerza y la salpicara de leche espesa y caliente.
También el Dominante puede hacer lo mismo con su sumisa con una buena estimulación de sus genitales manual por el uso hábil de sus dedos, con algún juguete o incluso por medio del cunnilingus al ir variando en forma, velocidad y profundidad de penetrar en esa vagina que también según el criterio del Amo podría ser maravillosamente torturada en combinación con otras prácticas como la de las pinzas o electroshocks u otros juguetes de los que ya hemos hablado en otras seccione de Sex4lover.mx.
Una Sexualidad Controlada perfecta es llevar al umbral del orgasmo en varias ocasiones al sumiso e impedirle una eyaculación u orgasmo.
Mediante el uso de diferentes técnicas e instrumentos, el dominante puede estimular sexualmente diferentes partes del cuerpo del sumiso sin darle el impulso necesario para que llegue al orgasmo. Cuando crea que ha llegado el momento, el dominante puede comunicarlo al sumiso verbalmente. No cesará entonces en todas las cosas que le ha hecho anteriormente como la manipulación con la mano o dedos, la felación, el cunnilingus, la penetración, etc. llevando al sumiso hasta su final y si lo desea, la dominatrix o el Dominante puede optar por participar en el punto culminante, donde ambos puedan llegar al orgasmo al mismo tiempo. Esto no se logra fácilmente y necesita práctica y compenetración y cuando la naturaleza sigue su curso ambos tendrán la gratificación de un buen final.
Hay que tomar mucho en cuenta que sobre esta Sexualidad Controlada si el sumiso es llevado al borde del orgasmo en demasiadas ocasiones puede frustrarse el placer final. También puede resultar frustrante cuando el orgasmo llega de manera inoportuna al adelantarse cuando el Dominante ha excedido la estimulación genital. Para evitar la llamada ruina del orgasmo la parte Dominante debe ser muy consciente de en qué momento de su excitación se encuentra el sumiso.