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The Blindfold

JAKEANDROBIN Tallinn, Estonia

1er lugar en éste concurso

(En el idioma original al terminar el relato en español)

La venda de los ojos

La venda de los ojos fue idea de Jake. Estaba muy interesado en el sexo anyonomujs. yo no estaba Pero dijo que tenía una sorpresa, así que me miré una vez más en el espejo del baño y me puse la venda. Jake tomó mi mano, guiándome fuera del baño. Cuando llegamos a la cama, me ayudó a subir y se aseguró de que estuviera cómoda. Acuéstese aquí. Ya vuelvo.» «¿Me vas a dejar aquí?» “Voy a salir de la habitación por un momento. Ni siquiera sabrás que me he ido. «¡Bueno, definitivamente no te veré!» Traté de bromear. Un segundo después escuché que la puerta se abría y luego se cerraba. Empecé a entrar en pánico. Si bien confiaba en mi esposo, me estaba poniendo demasiado nerviosa para seguir adelante con esto. Me senté y comencé a quitarme la venda de los ojos cuando escuché que la puerta se abría de nuevo. Me recosté e hice lo mejor que pude para respirar profundo y lento. Escuché movimiento alrededor de la habitación. Los pasos eran suaves y silenciosos. Escuché que se desabrochaba una cremallera y el sonido de la ropa cayendo al suelo. Entonces había alguien al pie de la cama. Podía sentir la depresión mientras se dirigían hacia mí. Mi corazón comenzó a correr. Llevaba un traje rojo de rejilla que resultó ser sin entrepierna. De repente me sentí un poco expuesto. Aquí estaba yo, esperando ser abusada por un extraño para el disfrute de mi esposo. La persona estaba cerca de mi pierna y tomé todo mi interior para no gritar y saltar. Pero entonces una mano empezó a frotarme la pierna. Esperaba los dedos pequeños y suaves de una mujer. Esta mano era más grande un poco más áspera. era un hombre No sabía qué hacer. Un hombre extraño me estaba tocando. Podía sentir sus dedos arrastrándose por mis muslos. Me masajeó las pantorrillas con la otra mano. Luego me besó la rodilla y subió por mi pierna. Era firme, pero gentil, y la venda hizo que tuviera que concentrarme en su toque. Me gustó. Mucho. Una sonrisa apareció en mi rostro cuando entendí lo que estaba a punto de suceder. Iba a tener sexo con otro hombre y mi esposo. Iba a ser el centro de atención esta noche, y con los ojos vendados, solo tenía que preocuparme por mi placer. Sentí otra mano sobre mi pecho y supe que mi esposo se había unido a nosotros. Sus labios rozaron los míos y le di un beso profundo y apasionado. Pasé mi lengua por el interior de sus labios, sintiendo la suave carne apretarse entre mis dientes mientras lo mordía. Sacó mi pecho de debajo de la tela de rejilla y envolvió mi pezón con su boca. El otro hombre siguió su ejemplo e hizo lo mismo con mi otro seno. Sus besos enviaron electricidad a través de mi cuerpo. Un fuego comenzó a acumularse en mi vagina, el calor irradiaba hacia arriba y el vientre, a través de mis senos y alrededor de mi cuello. Arqueé la espalda mientras ellos lamían y mordisqueaban juguetonamente mis tiernos pezones. Podía sentir que me mojaba. Jake se abrió camino por mi cuerpo, dando besos sensuales mientras se movía entre mis piernas. Cuando sus labios tocaron los pliegues de mi caja de placer, estaba tan caliente que pensé que iba a estallar en llamas. Su lengua me masajeó con la pericia de un maestro artesano. Trazó alrededor de mi clítoris, enviando descargas de placer a través de mi cuerpo. Mientras tanto, el otro hombre continuaba su sesión de besos con mis pechos. yo estaba en el cielo Encontré el brazo del otro hombre y comencé a sentir mi camino alrededor de su bíceps. Era un tipo grande, con músculos firmes que ni siquiera podía alcanzar con mi mano. Me abrí paso hasta su pecho y pasé los dedos por su cabello. Se sentía como un hombre, un hombre masculino fuerte, y tuve la urgencia de averiguar si su pene era tan grueso. No me decepcionó. Mi mano encontró el eje duro como una roca entre sus piernas. Era un poco más grande que Jake y podía sentir las venas abultadas a lo largo de su pene. No podía esperar para poner mis labios alrededor de él. Como si estuviera leyendo mis pensamientos, el extraño se reposicionó y sentí la punta de su pene rozando mis labios. Abrí la boca ansiosamente y él no perdió el tiempo empujando mi garganta hasta donde pude. Mis ojos comenzaron a lagrimear, probablemente porque estaban llenos de lujuria. Ya no era un hombre para mí. Era un pene grueso y suculento explorando las profundidades de mi boca. Pasé mi lengua por la parte inferior de su eje y comencé a acariciarlo mientras chupaba. Jake insertó sus dedos dentro de mí y perdí el ritmo por un momento mientras me ajustaba al nuevo nivel de placer. Pronto todos nos movíamos en sincronía, mi marido me tocaba mientras chupaba. El hombre ahora sostenía mi cabeza con firmeza, empujándose hacia adentro y hacia afuera con movimientos lentos y fuertes. Podía sentir mi orgasmo creciendo. Mi coño comenzó a apretar alrededor del dedo de mi marido y me insertó un segundo dedo. La sensación de estiramiento me volvió loco. Me estaba perdiendo en el placer del momento. Esa hermosa tensión estaba a punto de romperse cuando tuve un pensamiento. ¿Quién es esta extraña persona con la que estaba jugando? ¿Lo conozco siquiera? ¿Cuánto tiempo ha estado Jake planeando esto? Solo hay unas pocas personas con las que consideraría hacer esto. ¿Era este uno de ellos? Las preguntas comenzaron a acumularse. Estaba empezando a perder el foco. Podía sentir que mi orgasmo se escapaba. En ese momento, mi esposo envolvió su mano alrededor de mi muslo. Me atrajo hacia él mientras comenzaba a torcer sus dedos dentro de mí. Todo ese miedo se desvaneció cuando mi atención volvió a Jake. Me di cuenta de cuánto me amaba mi esposo. Me estaba compartiendo con otro hombre, solo para que pudiera experimentar una noche de placer, solo para mí. Mi amor por él fluyó a través de mi cuerpo, construyéndose como un maremoto mientras se dirigía hacia él. Y luego todos esos sentimientos estallaron. Perdí el control. Mi orgasmo se desató y todo mi cuerpo se convulsionó en éxtasis. Temblores de placer recorrieron mi piel y tuve que apartar a mi esposo cuando mi clítoris empezó a sentir cosquillas. Empecé a reírme. El orgasmo extendiendo una deliciosa calma a través de mi cuerpo. Los dedos comenzaron a acariciar mi piel y sentí a mi esposo acurrucarse a mi lado. Quería disfrutar el dichoso resplandor de este momento para siempre. Jake besó mi mejilla y luego me susurró al oído. «¿Quieres quitarte la venda de los ojos ahora?» Había estado tan absorto en el momento que había olvidado que no había visto nada hasta ese momento. Estaba tan concentrada en las sensaciones que experimentaba mi cuerpo, que ya no me importaba la venda. En realidad lo estaba disfrutando. Fue… liberador. “No”, le susurré al oído. “Sigamos así”.


The Blindfold

The blindfold was Jake’s idea. He was very into anyonomujs sex. I wasn’t. But he said he had a surprise, so I took one more look at myself in the bathroom mirror, and put the blindfold on. Jake took my hand, guiding me out of the bathroom. When we reached the bed he helped me get on and made sure I was comfortable. “Lay here. I will be right back.” “You’re going to leave me here?” “I am going out of the room for a moment. You won’t even know I’m gone.” “Well I definitely won’t see you!” I tried to joke. A second later I heard the door open and then click closed. I began to panic. While I trusted my husband, I was getting too nervous to go through with this. I sat up and started to remove the blindfold when I heard the door open again. I laid back down and did my best to breathe deep and slow. I heard movement around the room. The footsteps were soft and quiet. I heard a zipper being undone and the sound of clothes falling to the floor. Then there was someone at the foot of the bed. I could feel the depression as they made their way toward me. My heart started racing. I was wearing a red fishnet body suit which happened to be crotchless. I was suddenly feeling a little exposed. Here I was, waiting to be molested by a stranger for my husband’s enjoyment. The person was near my leg and it took everything within me not to scream and jump. But then a hand started rubbing my leg. I expected the small soft fingers of a woman. This hand was bigger a little more rough. It was a man. I didn’t know what to do. A strange man was touching me. I could feel his fingers trailing across my thighs. He massaged my calves with his other hand. Then he kissed my knee, and worked his way up my leg. He was firm, but gentle, and the blindfold made it so I had to focus on his touch. I…liked it. A lot. A grin broke out on my face as I understood what was about to happen. I was going to have sex with another man and my husband. I was going to be the center of attention tonight, and with the blindfold on, I only had to worry about my pleasure. I felt another hand on my breast, and I knew my husband had joined us. His lips brushed my own, and I gave him a deep, passionate kiss. I ran my tongue around the inside of his lips, feeling the soft flesh squeeze between my teeth as I bit him. He pulled my breast out from under the fishnet fabric and engulfed my nipple with his mouth. The other man followed his lead and did the same with my other breast. Their kisses sent electricity through my body. A fire began to build up in my pussy, heat radiating up and belly, through my breasts and around my neck. I arched my back as they playfully licked and nibbled my tender nipples. I could feel myself getting wet. Jake worked his way down my body, giving sensual kisses as he moved between my legs. By the time his lips touched the folds of my pleasure box I was so hot I thought I would burst into flames. His tongue massaged me with the expertise of a master craftsman. He traced around my clit, sending shocks of pleasure racing through my body. All the while the other man was continuing his makeout session with my breasts. I was in heaven. I found the other man’s arm and started feeling my way around his bicep. He was a big guy, with firm muscles I couldn’t even reach my hand around. I worked my way to his chest and ran my fingers through his hair. He felt like a man, a strong masculine man, and I had the urge to find out if his cock was as thick. I was not disappointed. My hand found the rock hard shaft between his legs. He was a little bigger than Jake and I could feel the veins bulging along his penis. I could not wait to get my lips around it. As if he was reading my thoughts, the stranger repositioned himself and I felt the tip of his dick brushing my lips. I eagerly opened my mouth and he wasted no time pushing into my throat as far as I could take it. My eyes began to water, probably because they were filled with lust. He was no longer a man to me. He was a thick succulent penis exploring the depths of my mouth. I ran my tongue along the bottom of his shaft and began stroking him as I sucked. Jake inserted his fingers inside me and I lost my rhythm for a moment as I adjusted to the new level of pleasure. Soon we were all moving in sync, husband finger me as I sucked. The man was now holding my head firmly, pushing himself in and out with slow, strong thrusts. I could feel my orgasm building. My pussy started squeezing around my husband’s finger and he inserted a second one in me. The stretching sensation drove me wild. I was losing myself in the pleasure of the moment. That beautiful tension was getting close to breaking through when I had a thought. Who is this strange person I was playing with? Do I even know him? How long has Jake been planning this? There’s only a few people I would even consider doing this with. Was this one of them? The questions started piling up. I was starting to lose focus. I could feel my orgasm slipping away. Just then my husband wrapped his hand around my thigh. He pulled me into him as he started twisting his fingers inside me. All that fear faded away as my focus was brought back onto Jake. I realized how much my husband loved me. He was sharing me with another man, just so I could experience a night of pleasure, all to myself. My love for him flowed through my body, building like a tidal wave as it made its way toward him. And then all those feelings came bursting forth. I lost control. My orgrasm was unleashed and my whole body convulsed in ecstasy. Tremors of pleasure rolled across my skin and I had to push my husband away as my clit became ticklish. I started giggling. The orgasm spreading a delightful calm through my body. Fingers began caressing my skin and I felt my husband snuggle up next to me. I wanted to enjoy the blissful afterglow of this moment forever. Jake kissed my cheek then whispered in my ear. “Do you want to take the blindfold off now?” I had been so wrapped up in the moment that I had forgotten I hadn’t seen anything until this point. I was so focused on the sensations my body was experiencing, that I didn’t care about the blindfold anymore. I was actually enjoying it. It was…liberating. “No,» I whispered in his ear. «Let’s keep it on.”


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