OCHTENDLICHT Den Haag, Holanda
(En el idioma original al terminar el relato en español)
El extraño personaje alto que le regaló una blanca Navidad
Fue hace unos años, justo antes de Navidad. Tuvimos unos días libres alrededor de Navidad y nos esperaba algo malo. Hasta ese momento, las travesuras se llevaban a cabo normalmente entre nosotros dos. Después de todo, solo llevábamos juntos poco tiempo y, aunque una vez habíamos visitado un club de swingers, había sido para una experiencia exhibicionista. Sólo para ser observado por otras personas. Ese día decidimos hacer nuestra primera visita a un cine erótico. Habíamos oído hablar de él antes de amigos. Que no era exactamente lo mismo que un club de swingers, un poco más oscuro, un poco más pequeño, más sórdido y normalmente con muchos más hombres. Fantaseábamos con un hombre extra, pero no estábamos seguros de estar preparados para esto. Un poco nerviosos entramos al cine. Un amable joven con un gorro de Papá Noel nos explicó cómo funcionaba todo, qué hacer y qué no hacer. Tenía un tema navideño, lo que significa que había un dedo de muérdago adentro. ‘¿Y sabes para qué sirve el dedo del pie de muérdago, verdad?’ le guiñó un ojo a Franka. Dentro del cine todos los hombres estaban desnudos y Joost también se desnudó para la ocasión. Franka usó lencería sexy. Dentro del cine no había mucho tema navideño aparte del muérdago y el hecho de que todos los hombres parecían estar felices de brindarle a Franka una Navidad blanca. El cine en realidad constaba de varias salas pequeñas, algunas mostraban películas, otras solo tenían una cama o un sofá. Estaba bastante oscuro y olía a sexo. En la habitación con el dedo del pie muérdago, Franka decidió arrodillarse debajo y tomar la polla de Joost en su boca. En poco tiempo estábamos rodeados de otros hombres, masturbándose ellos mismos. Franka estaba un poco intimidada y seguramente no tenía la intención de chupar todas estas pollas, así que después de un rato nos trasladamos rápidamente a uno de los sofás y bebimos un poco de agua. Sin embargo, toda esa atención masculina la excitó, especialmente porque un chico guapo con una polla decente había llamado su atención. Le dejó claro a Joost que en realidad estaba dispuesta a involucrar a otro chico, por primera vez desde que estábamos juntos. La idea de que Franka quisiera seguir explorando su lujuria encendió a Joost y la llevó a un colchón de mesa alto y ancho. Allí se acostó mientras él se paraba frente a ella y penetraba su coño. Como un enjambre de abejas, los hombres venían de las distintas salas y se sumaban a nuestra escena, parados alrededor de aquella gran mesa con sus erecciones. El atractivo hombre en el que Franka tenía sus ojos también entró, tranquilo y confiado. Ella lo miró e hizo un gesto que él entendió bien. Se unió a ella en el colchón. Joost seguía penetrando, y pudo ver como su novia exploraba ese enorme y erecto pene que ahora tenía justo delante de su cara. Pronto toda su timidez desapareció y Franka estaba trabajando en la polla de este extraño como si fuera su nuevo juguete favorito. No pasó mucho tiempo antes de que dejara en claro que la blanca Navidad se acercaba, sobre ella. El jugo de hombre salió a chorros mientras Joost seguía penetrando a Franka como si no hubiera un mañana. Ambos emocionados y satisfechos nos dimos una ducha con nuestro hombre misterioso y luego cada uno de nosotros se fue por su lado. Esa Navidad fue memorable, ya que fue el comienzo de algo nuevo. De involucrar a otros hombres en nuestro sexo, de disfrutar de tríos y cuartetos y compartir lujuria.
The tall stranger who gave her a white Christmas
It was a few years ago, just before Christmas. We had a few days off around Christmas and were in for something naughty. Up until that point naughtyness was normally conducted between the two of us. After all, we had only been together for a short while and although we had visited a swingers club once, this had been for an exhibitionist experience. Just to be watched by other people. That day we decided to make our first visit to an erotic cinema. We had heard of it before from friends. That it was not quite the same as a swingers club, a little darker, a little smaller, sleazier and usually with a lot more men. We did fantasize about an extra man but were not sure if we were ready for this. A little nervous we entered the cinema. A kind young man with a Santa hat on explained us how everything worked, what to do and what not to do. It was Christmas themed, meaning there was a mistle toe inside. ‘And you know what a mistle toe is for right?’ he winked to Franka. Inside the cinema all men were naked and so did Joost undress for the occasion. Franka wore sexy lingerie. Inside the cinema there wasn’t much of a Christmas theme other than the mistle toe and the fact that all the men looked like they were happy to provide Franka with a white Christmas. The cinema actually consisted of several small rooms, some played movies, others just had a bed or couch. It was quite dark and smelled of sex. In the room with the mistle toe, Franka decided to kneel down under it and take Joost’s cock in her mouth. Within no-time we were surrounded by other men, jerking off on themselves. Franka was a little intimidated and surely did not intend to suck all these cocks so after a while we quickly moved to one of the couches and drank some water. All that male attention did turn her on however, especially since a good looking guy with a decent cock had caught her attention. She made it clear to Joost that she was actually up for involving another guy, for the first time since we had been together. The idea of Franka further wanting to explore her lust turned Joost on and he took her to a high and wide table matrass. There she laid as he stood before her and penetrated her pussy. Like a swarm of bees, men came from the different rooms and joined our scene, standing around that large table with their hard-ons. The attractive man that Franka had her eyes on also came in, quiet and confident. She glanced over to him and made a gesture he well understood. He joined her on the mattrass. Joost was still penetrating, and he could see how his girlfriend explored this huge and erect penis that was now right before her face. Soon all her shyness was gone and Franka was working on this strangers cock like it was her new favorite toy. It didn’t take too long before he made clear that white Christmas was coming, all over her. The man juice squirted out while Joost kept on penetrating Franka like if there was no tomorrow. Both excited and satisfied we took a shower with our mystery man and then each of us went their separate ways. That Christmas was memorable, since it was the start of something new. Of involving other men in our sex, of enjoying threesomes and foursomes and sharing lust.
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