Vecina Yola (en 4 partes)
Una historia de Voyerismo
1a PARTE
Un joven está siempre pensando en cómo será tirarse a su espectacular vecina. Pero por casualidad ve a ésta con una rubia de bandera. Ambas se internan en el bosque y nuestro protagonista las sigue…
Esta historia empezó un día que me encontré con mi vecina Yola en la gasolinera, nos saludamos y mantuvimos una pequeña charla.
Yola es una mujer de unos 36 años morena de mediana estatura, unos pechos no muy grandes pero firmes, delgada y con un potente culo, que no grande. Viste siempre de una forma un tanto provocativa pues siempre usa prendas muy finas que dejan adivinar todas sus formas y en varias ocasiones la había visto con faldas semi trasparentes que a trasluz dejaba ver su entrepierna.
Aquel día llevaba puesto un vestido de color crema muy fino de punto, marcando claramente unos pezones amenazantes, al moverse de un lado a otro mientras hablaba sus pechos se movían libremente por la ausencia de sujetador, cuando se fue a pagar la gasolina me di cuenta de su culo también flotaba libremente y pensé que debía de llevar tanga. Al rato nos despedimos y nos fuimos con nuestros respectivos coches. Yo no paraba de darle a la cabeza, aquella mujer me ponía a cien, hacía tiempo que le tenía ganas, incluso pensé en seguirla, pero al poco me di cuenta de que no me hacía falta, pues a unos 6 km. de la gasolinera en un restaurante de la carretera con un gran aparcamiento delate, vi a lo lejos el Jeep de Yola, estaba parado al lado de un deportivo amarillo, Yola en ese momento se bajaba del coche, enseguida pensé, marro, pero en ese momento del Porche se baja una mujer de bandera, rubia, alta, vestida con traje chaqueta, con mini falda y zapatos de tacón, se saludaron sonrientes, a todo esto yo pasaba por delate bastante despacio con mi coche y miraba de reojo, no le hubiera dado más importancia si no fuese porque la rubia al besar en la mejilla, claro, a Yola se quedó abrazada un instante acariciando el pelo negro de mi vecina, y al separarse retrocediendo un paso sin soltar el pelo y dando un repaso con cara de aprobación a Yola, me dio un flash, en aquella imagen, en teoría inocente había algo que no cuadraba. Me detuve un poco más adelante y disimulé con mi móvil por si me veían, mientras la rubia y Yola se subieron al Jeep y pasaron por delante mío
Las seguí con prudencia, ellas se desviaron por un camino que atraviesa un campo de golf y va parar a la montaña yo que conozco muy bien la zona pues salgo en bicicleta de montaña los domingos por esa zona, tomé un atajo y fui a parar al final del camino, único sitio donde podían ir, una pequeña explanada verde muy frondosa. Llegaron a los pocos minutos, se bajaron del coche, caminaron hasta encontrase y empezaron a besarse, las manos de la rubia recorrían la piel de Yola y esta parecía volverse loca se la comía a besos y caricias mientras levantaba el vestido de Yola, no llevaba bragas y sus potentes nalgas estaban al descubierto, entonces la rubia que era bastante más alta que Yola la cogió en volandas y la subió encima del capó del coche, mi vecina con las piernas totalmente abiertas apretaba la cabeza de su amiga contra su sexo, la rubia con las piernas estiradas su culo en pompa y su minifalda reducida a la mínima expresión enseñaba la parte inferior de su culo a través de unas finas braguitas, las medias cortas dejaban apreciar al final una piel blanca. Desde mi puesto de observador la escena no podía ser más alucinante, yo estaba muy cerca de ellas, como a 6 metros, detrás de unos arbustos, podía ver y oír lo que pasaba, Yola se deshacía en suspiros, curiosamente mi vecina se dejaba hacer a pesar de que la rubia estaba mucho más buena, era más joven, más alta y mucho más espectacular.
Sin darme cuenta yo con la polla fuera y sobándomela cambie mi pie de posición apoyándolo en una piedra que no estaba muy fija, y sin remedio cayó haciendo ruido. La rubita ni se enteró pero Yola levantó inmediatamente la vista y me vio, con mi polla fuera pajeándome como un mirón. No dijo nada volvió a estirarse, yo pensé: qué raro, ¿de qué va esto?
Entonces avancé y me puse a menos de 2 metros de ellas, la rubia seguía comiendo el coño de mi vecina, yo sin más le puse la mano en su trasero, a lo que respondió con un grito, Yola se levantó al instante y nos presentó: Adam te presento a mi amiga Alex. Alex estaba estupefacta se había asustado, yo me disculpé al tiempo que pasaba mis dedos por el húmedo sexo de mi vecina, Alex miró mi pene y agachándose sin perder ni un instante se lo introdujo en la boca chupando mi polla con lujuria, yo mientras me dediqué al coño de Yola, que ya le tenía ganas, no me equivocaba era una mujer de cabeza a pies sus líquidos vaginales eran espectaculares. Alex seguía chupando y estirando una mano le introducía uno de sus dedos por la vagina de Yola, la rubia era realmente espectacular, sus pechos grandes y tiesos se adivinaban a través de su camisa finísima y totalmente trasparente, con las piernas semi abiertas su minifalda indicaba un sexo especial, Yola se convulsionaba y con grandes espasmos gozaba de un orgasmo con corrida incluida sobre mi boca, Alex se levantó y empezó a besar a Yola mientras yo desabrochaba su blusa dejando a la vista sus preciosos y enormes pechos, que yo chupaba y mordía con verdadero delirio, Alex clavó su boca en el sexo de Yola y yo por detrás de su culo en pompa levanté su pequeña minifalda, empecé a besar su culito acariciando sus piernas, bajé sus braguitas un poco dejando ver sólo sus glúteos, bien formados y tersos, los cuales mordí, besé
Y chupé con lujuria, sus largas piernas era una invitación al placer. Cuando me decidí a bajar totalmente sus bragas ella se giró hacia mí y sorpresa ante mis ojos apareció una polla en semierección de unos 18 cm. Y bastante gruesa. Me quedé estupefacto, aquello que tenía delante de mí no era una mujer sino un hombre, no me lo podía creer, su cuerpo era mucho mejor que el de cualquier mujer, sus formas femeninas de caderas, pecho, incluso su cara fina y delicada no me hubieran hecho sospechar jamás de que no era una hembra. Mis pensamientos estaban equivocados pues sí era una hembra.
Aquel cipote delante de mi cara, perfecto y desafiante, mientras Yola y Alex me miraban como diciendo: ¿qué vas a hacer ahora? Volví a mirar la polla de Alex que cada vez era más grande, se la cogí y me la introduje en la boca chupando y notando cómo se ponía dura como una piedra dentro de mi boca, era alucinante un cuerpo de mujer como pocos con un cipote grande y tieso que yo me estaba comiendo sin ningún pudor, a pesar de ser la primera vez que me metía una polla en la boca. Yola se bajó de capó del coche y me ayudó a chupar aquella preciosa polla, la escena era bestial, Alex reclinada sobre el coche con un cuerpo de infarto, sus pechos al aire, su minifalda recogida en la cintura, sus largas piernas con sus media cortas y su enorme polla mirando al cielo, y entrando y saliendo de la boca de Yola y de la mía, de repente Alex empezó a jadear más fuerte y al tiempo que soltaba un grito de placer su polla empezó a convulsionarse y soltar chorros de semen en la boca de Yola, yo sin saber muy bien lo que hacía le arrebaté la polla y chupé aquel rabo dejando que su leche me inundase la boca y me salpicase la cara. Yo estaba como una moto y Yola con su boca y cara aún llena de semen empezó a chupar mi pene al tiempo que Alex se agachaba y con autoridad cogía mi polla y la succionaba y agitaba hasta recibir toda la leche que como nunca escupía sobre las caras de las dos, no se acababa nunca y ellas chupaban y tragaban como posesas, así acabó el primer encuentro con mi vecina y su amiga-o
2a PARTE
Tras un breve pero intenso encuentro con su vecina y una amiga que resultó ser un travesti, nuestro protagonista propone a la chica que se vean nuevamente los trans. Mientras llega la amiga travesti ellos se van calentando hasta que el empieza a follarla y le rompe su culito virgen.
Después de aquel encuentro con mi vecina Yola y su especial amiga Alex decidimos quedar para otra ocasión, pero en un sitio más cómodo. Pasaron unos días y yo no me quitaba de la cabeza aquel encuentro, la imagen Yola encima del capó del coche con sus piernas abiertas y su sexo brillando desafiante se entremezclaban con la imagen del cuerpo perfecto de Alex.
Telefoneé a Yola y le dije para no ofenderla que estaba deseando volver a verla, aunque mi mente estaba pensando más en Alex que en ella, Yola me respondió que ella también pensaba mucho en nuestro encuentro pero que le gustaría estar los tres de nuevo, Alex que trabajaba en una productora de cine viajaba con frecuencia y justo estaba pasando unos días en Madrid, yo le respondí enseguida, qué te parece si nos lo montamos y nos vamos a Madrid. Yola se quedó pensativa y me dijo: yo puedo dar una excusa, ¿tú cómo lo tienes?, bien, respondí yo, me monto una reunión de negocios rápidamente. ¿Mañana? Me preguntó. Vale, hecho respondí.
Al día siguiente aparecimos en Madrid a eso de las 4 PM. Nos encontramos en la cafetería del aeropuerto, Yola estaba espléndida una gabardina marrón sobre los hombros cubría un vestido de color crudo que acababa sobre las rodillas y una abertura lateral dejaba ver las bonitas piernas cubiertas por unas finas medias de seda , su pelo negro recogido en un moño informal, unos zapatos de un largo y fino tacón daban el colofón a una imagen seria y sensual como pocas, a pesar de no ser ninguna vedette no había hombre con el que se cruzase que no se girase a mirarla mejor. Hola vecina dije, estás absolutamente espléndida, creo que soy el hombre más afortunado de todo Barajas. Gracias respondió, eres muy amable. Cogimos un taxi y nos dirigimos hacia un apartamento que tengo en la Castellana , al llegar la cogí de la mano haciendo dar una vuelta sobre sí misma le dije: estás para …, ella me dijo ¿qué tal si esperamos a encontrarnos todos?, me parece bien pero Yola una mujer como tú se merece toda mi atención , ella estaba de espaldas a mí mirando por la ventana, me acerqué y puse mis manos sobre sus hombros y suavemente besé su cuello, pasando mi lengua muy despacio por detrás de sus orejas, mientras mis manos lentamente bajaban por sus brazos hasta sus manos, poco a poco mis manos se dirigieron hacia su cintura y suavemente pero con fuerza tiré de ella hacia atrás, de forma que notara en su bonito y redondo culo mi paquete totalmente duro, en ese momento soltó un pequeño suspiro y ella misma apretó con fuerza y empezó a mover su culito restregándolo contra mi pene, mientras mis manos habían subido hasta encontrar sus pechos para pellizcar suavemente sus tiesos , grandes y duros pezones, a cada pellizco un gemido , cada uno más fuerte que el anterior, sudando de excitación la volteé y ya de cara a mí nos besamos con una lujuria inusual, mientras ella me desabrochaba la camisa, el cinturón y mis pantalones, yo introduje mis manos a través de la abertura de su vestido para notar en tacto fino de sus medias e ir subiendo hasta su precioso y potente culo, Yola muy excitada se quitó de golpe el vestido y dejó ante mí la visión de una mujer espléndida, zapatos corte salón, medias cortas, liguero, tanga y sujetador de color crema, sin más la puse espaldas contra la parte trasera del sofá abrí sus piernas y apartando la fina tela del empapado tanga sorbí y lamí el sexo de mi vecina al tiempo que introducía mis dedos en su vagina produciendo en Yola unos espasmos de placer y una secreción de líquidos que sólo una hembra de su categoría es capaz de producir, entre verdaderos alaridos de placer y meneando su culo como una zorra en celo me ordeno: clávamela de una vez o mátame.
Obediente donde los haya apunté con mi polla y empujando de un golpe sumergí mi pene en aquel agujero mojado hasta sus entrañas y empecé a cabalgar con fuerza sacando por completo mi polla y volviéndola a meter con fuerza y cada vez más rápido, Yola gritaba de placer, su pelo sin orden, sus pechos saliéndose por encima de la copa del sostén a cada embestida, cada vez que golpeaba contra su culo sus pies perdían contacto con el suelo, no puedo más gritaba me estas matando, yo estaba como loco pero en ese momento paré y la saqué , Yola quedó sobre el sofá, su vientre en el respaldo sus piernas completamente abiertas y su culo con el tanga medio arrancado era una invitación a seguir, me agaché y empecé a lamer todo aquello llegando esta vez hasta el ano, cuando estuvo bien mojado me levanté y pregunte: ¿Cómo estas Yola? Destrozada me respondió. ¿Qué haces? Me dijo al notar que la punta de pene apuntaba hacia su ano. Ni se te ocurra me dijo. ¿Qué? Respondí, que no, ah…. hijo de puta gritó mientras le metía mi polla irremediablemente hasta el fondo de su culo, calla y siente toda mi carne dentro de tu culo le dije, Eres un cabrón me respondió, yo empecé a meter y sacar mi polla de aquel precioso culo con fuerza mientras mi vecina me maldecía pero impotente y sin remedio se rendía a mi enculada, sus improperios hacia mí se fueron tornando poco a poco en gritos y estos en gemidos y pasamos de «hijo de puta» a fóllame más fuerte hijo de puta, rómpeme el culo so cabrón , con más fuerza, yo embistiendo cada vez más y golpeando el culo de Yola con mi mano estaba a punto de reventar y solté un grito de placer, Yola se movió hábilmente, se la sacó del culo para girándose al tiempo que se agachaba metérsela en la boca, me la apretó con mucha fuerza levantó la vista y me dijo: ahora dámela toda. Y al soltar mi pene explotó con una fuerza que jamás había visto y unos chorros de leche inundaron la boca de Yola para seguir escupiendo toda su cara, mientras ella lamía y relamía tan preciado líquido.
Destrozados nos tendimos en el sofá y Yola me dijo: lo que has hecho con mi culo virgen ha sido una violación en toda regla y si no quieres que te denuncie esta noche tendrás que volver a hacerlo, ha sido el placer más bestia que he sentido jamás.
3a PARTE
La llegada del travesti cambia el ritmo de la situación. Los tres se lanzan a gozar, quedando la vecina empalada por ambos extremos y siendo visitado su culo por segunda vez en el mismo día.
Mi vecina y yo nos quedamos totalmente destrozados sobre el sofá al rato sonó el timbre de la puerta, me levanté y abrí, ahí estaba Alex en todo su esplendor con un abrigo de visón hasta los pies, zapatos de tacón su preciosa melena rubia recogida. Bueno, me dijo: ¿me vas a invitar a entrar o no? Perdona, conteste: pasa, pasa, es que estas tan guapa que me he quedado colgado.
Entró riéndose y se dirigió a Yola, ésta a duras penas le había dado tiempo de ponerse el vestido. Hola mi amor me parece que me he perdido algo. Yola respondió: ya le he dicho a éste que esperásemos a estar todos pero no respeta nada. Alex frunciendo el ceño dijo: ¿nada de nada? Y Yola bajando la vista asintió: nada de nada. Vaya felicidades, me dijo Alex has conseguido en dos días lo que yo no, en meses. Yola disculpándose se acercó a Alex y se abrazó a ella, y le explicó que yo poco menos que la había forzado, Alex sin decir nada acariciando a su amiga y dejando ir miradas de reojo hacia mí, se quitó el abrigo y tanto Yola como yo nos quedamos inmóviles y callados ante la visión que se nos mostraba delante nuestro.
Un vestido negro ajustado, corto, medias negras y la espalda totalmente desnuda dejando ver hasta el principio de su culo, por delante la fina tela ajustada dejaba apreciar con total detalle aquel par de espléndidas tetas que ignorando la gravedad se erguían desafiantes y coronadas por unos pezones que parecía que querían salir a través del tejido. Alex mirándonos esbozó una sonrisa y dijo: me alegro que os guste, la noche es larga. Se acercó a Yola la tomó en sus brazos y la besó mientras metía su mano por debajo de la falda y subió hasta tocar su sexo y sacando los dedos mojados metérselos en la boca diciendo: ummmm, esto pide a gritos un arreglo.
Mientras Alex colocó a Yola como yo lo hiciera, de espaldas sobre la parte trasera del sofá, la desnudó y empezó a lamer todo su cuerpo, yo me coloqué detrás de ella y empecé a besar su desnuda espalda, mientras lo hacía no podía dejar de pensar que era la mujer más perfecta con la que había estado, y no me podía creer en realidad fuese un hombre, y sin embargo el hecho de saber que en pocos minutos al desnudarla volvería a aparecer aquella verga enorme, lejos de producirme corte aumentaba mi grado de excitación.
Seguí besando su espalda al tiempo que introducía mis manos por debajo del vestido hasta tocar sus preciosas tetas y juguetear pellizcando suavemente sus pezones, ella se dejaba hacer y su impresionante culo apretaba con fuerza mi paquete, bajé mis manos y pasándolas lentamente por sus piernas desde las rodillas hasta encontrar el final de sus medias (cortas) y seguir hacia arriba para introducir mis dedos entre las braguitas hasta notar como aquel bulto se ponía duro, bajé lentamente sus bragas mientras ella se quitaba el vestido quedando sólo con zapatos y medias, desnuda era tan guapa como vestida, su piel suave y blanca sólo cambiaba de color en sus rosados pezones y en el rubio y arreglado vello que rodeaba su sexo, sexo que por cierto estaba completamente erecto apuntando hacia el techo, me tomó la cara con sus manos y me besó dulcemente introduciéndome su lengua hasta las amígdalas y acto seguido me bajó la cabeza hasta encontrarme con su espléndida polla delante de mi cara y con un movimiento certero empujó su pelvis hacia delante y con sus manos mi cabeza, tragándome sin remedio todo aquel cipote, con sus dos manos en mi nuca empujaba adentro y afuera, sacando casi totalmente los 18 cm. Para moverlos a clavar, mientras Yola chupaba y mordisqueaba los tremendos pezones y Alex gemía como una zorra, de golpe apartó mi boca, con fuerza tomó a Yola la volteó y le clavó la polla en su vagina al tiempo mi vecina pegaba un grito.
Empezó a martillear dentro y fuera con mucha fuerza, aquella chica-o suave y delicada se había transformado y follaba de una forma salvaje, yo no sabía muy bien qué hacer así que di la vuelta me puse delante de Yola que al instante y sin pensárselo me cogió la polla y empezó a chuparla al ritmo de las embestidas de Alex, cerré los ojos y me dejé llevar por el placer hasta que de golpe paró y dijo: ¿Qué haces? No, ni se te ocurra, pero bueno… ¿Qué os habéis pensado?, no no, no y no… ahhhh… cabrona… me duele… no, no la saques… sigue, diossss…, qué pasada, muévete joder métemela hasta el fondo, así, así, ahhh…me… me corrooo… Y Alex cabalgando sobre el sufrido culo de Yola mientras ésta se corría a gritos y succionando mi polla con una fuerza que pensaba que me la arrancaba, yo estaba a punto, y ver las tetas de Alex como saltaban a cada embestida y Yola delante de mí con mi polla dentro de su boca y su culo totalmente abierto no me lo ponían fácil para aguantar mucho más.
De repente Yola se la saca de la boca me mira me dice casi gritando: dame tu leche ya, córrete en mi boca cacho cabrón. Joder pensé si insistes, entonces a punto de correrme, Alex la sacó del preciado culo y subió ágilmente por la parte de atrás del sofá y de pie encima de Yola me metió su vergota en mi boca mientras gritaba: me corrooooooo… y aquella espléndida polla empezó a escupir su leche en mi boca y yo a tragar aquel liquido denso y delicioso al tiempo que mi pene explotaba en la boca de Yola, los gritos de los tres se entremezclaban con los gemidos y mientras Alex decía: sois perfectos, os quiero. Yola y yo relamíamos las pollas que teníamos en nuestras bocas hasta no dejar ni gota de semen.
4a PARTE
La fiesta continúa, la sucesión de orgasmos en constante y el desenfreno se apodera de los tres.
Después de la corrida de los tres quedamos estirados en el sofá Alex a mi lado y Yola enfrente de los dos, por lo visto mi vecina era la que menos se había cansado pues al poco rato y maldiciéndonos por las sendas enculadas que le habíamos propinado, nos cogió nuestras respectivas pollas y empezó a chuparlas lenta pero fuertemente, al poco la preciosa polla de Alex estaba dura como una piedra, la mía poco a poco iba cogiendo forma, Yola empezó a lamer los huevos de Alex haciendo que esta levantara las piernas completamente de forma que el rosado ano quedara totalmente abierto y así poder lamer su agujero, Alex apretaba la cabeza de Yola contra su culo y con la otra mano me tocaba a mí, al rato Alex me miro dulcemente y entre pequeños suspiros de placer me dijo: métemela.
Me incorporé, Yola se apartó y apuntando hacia aquel precioso culo apreté un poco pero entonces Yola un tanto vengativa me empujó por detrás con fuerza, de forma que mi polla entró de un golpe hasta el fondo, arrancando un grito de dolor a Alex. Dijo: Hija de puta vengativa… y Yola respondió: a que duele eh… Yo con mi polla dentro le dije a Alex: ¿Qué te parece si dejamos esto para luego y le damos una lección a nuestra amiga? Perfecto respondió. La saqué al instante y sin que Yola pudiera hacer nada la cogimos entre los dos. Ahora te vas a enterar.
No cabrones no, no… no lo hagáis, calla puta, no por favor… y Alex mientras yo la inmovilizaba le clavó de un golpe toda la polla en el culo al tiempo que daba una bofetada que resonó en todo el apartamento, yo le pellizcaba los pezones y Yola gritaba HIJOS DE PUTA… PEGARME MÁS FUERTE, coño me quedé de piedra, Alex mientras follaba salvajemente su culo, le pegaba unos cachetes fortísimos y a cada uno Yola pedía más y más, se me quedó mirando y me dijo: y ¿tú qué? Hazme lo que quieras cerdo.
Me levanté tomé mi polla con la mano y empecé a acariciar mi glande, de pronto lo noté, me venía y dije: tú guarra mira aquí y abre la boca. Yola absolutamente loca de placer soltando unos gritos mezclados con gemidos me miró diciendo: ¿a qué esperas? Yo contesté: esto es lo que querías ¿no? So guarra, puta de mierda, sí, sí … respondió mientras recibía una meada colosal en su boca, Alex se quedó mirando estupefacta, la sacó del culo poniéndose de rodillas encima de Yola escupió toda su leche en la cara de mi vecina, su semen se mezclaba con mi meada y Yola como loca lamía todo y con su mano restregaba los líquidos por todo su cuerpo y pedía más, Alex acabó su corrida y casi seguido empezó su meada, Yola gritaba de placer y reía como una loca, era una pasada, creo que ninguno de los tres nos podíamos creer lo que estábamos haciendo, al acabar Yola nos miró y dándose la vuelta boca abajo dijo: no me puedo creer lo que he hecho, jamás hubiera pensado que esto lo llevaba dentro, qué vergüenza. Enseguida respondí: de vergüenza nada, para gozar del sexo todo está permitido, eres una pasada de mujer. Alex y yo nos acercamos a ella y la besamos y acariciamos.
Alex me miró y dijo: Os quiero, si no estuvieran casados me casaba con los dos.
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